"Ya deberían haber recibido la inyección de liquidez", afirman desde uno de los principales bancos acreedores de Pescanova, preguntado por los plazos que manejan ambas partes. Pero más de tres semanas después de la entrada en concurso de la multinacional pesquera todavía no logró los 55 millones de euros que ya el propio Manuel Fernández de Sousa requirió como "urgentes" para que no cesase la actividad. Esa cantidad, 55 millones, es la que el administrador concursal (Deloitte) ha pedido a la banca.

Hoy tendrá lugar otra conference call y la auditora trasladará un "informe de opinión sobre la petición de financiación" a las entidades sobre la cantidad que se ha pedido para inyectar en las venas de Pescanova antes de final de mes. Este diagnóstico determinará si Deloitte da la conformidad o no sobre la petición de dinero: esto es, fundamentará por qué son 55 millones los que se piden y con qué finalidad. Lo que ya saben los administradores es que no podrán pagar deudas ni tapar agujeros: el dinero va a ser solo para circulante (nóminas, pienso para las granjas acuícolas o gasóleo para que los barcos no tengan que amarrar).

De acuerdo con fuentes financieras, este informe será el "definitivo" para que tomen una decisión, si bien seis de los bancos (Sabadell, Popular, NCG, Bankia, CaixaBank y Deutsche Bank) ya garantizaron su apoyo a la pesquera. La cuestión es si el dinero necesario es más elevado o si finalmente participan o no más bancos. Como avanzó FARO, Deloitte negociaba con el Santander, BBVA y Liberbank para que se sumaran a este pool bancario, que hará de socorrista de la segunda multinacional de Galicia.

Asimismo, y pese a que desde la Xunta el mutismo ha sido absoluto, la administración concursal tiene la intención de reunirse esta semana con el Ejecutivo autonómico a fin de que respalden esta petición urgente de financiación. A los bancos se les trasladó que a la Xunta se le pediría que actuara como avalista a fin de convencer a la banca de que los 55 millones (o más) que finalmente preste a Pescanova no caerán a un agujero negro. Frente a esto, las entidades ya pusieron por delante que el dinero -fresh money, argot con el que se conoce al dinero líquido que se obtiene durante un concurso de acreedores- tendrá la consideración de deuda privilegiada. Si Pescanova entrase en liquidación, el primer dinero que se obtuviese de la venta de activos (barcos, filiales...) sería para cancelar esta deuda.