La deuda neta de las entidades españolas con el Banco Central Europeo (BCE) se redujo un 1,07% en el mes de abril, hasta los 257.215 millones de euros, el octavo descenso mensual consecutivo tras acumular hasta agosto once máximos correlativos, según los datos del Banco de España.

La caída representa 2.783 millones menos que el importe contabilizado en marzo y supone retrotraer la deuda de la banca española con el organismo liderado por Mario Draghi a niveles de hace un año.

En concreto, hay que remontarse a marzo de 2012 para encontrar una cifra inferior a los últimos datos disponibles. Ese mes, la deuda de la banca española alcanzó los 227.600 millones, tras incrementarse en casi 80.000 millones.

El importe de la deuda alcanzado en abril es el saldo vivo que las entidades residentes en España aún tienen pendiente de devolver al instituto emisor europeo como consecuencia de la financiación que el organismo les ha concedido previamente.

El crecimiento del importe aún pendiente de devolver por parte de las entidades españolas al BCE se ha ralentizado notablemente, pues llegó a multiplicarse por siete en julio, antes de que el Gobierno se viera obligado a solicitar a la UE una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros para sanear la banca.

Los datos de abril muestran que la financiación neta a la banca española respecto al total del Eurosistema se situó en el 34%, lo que supone un ligero repunte respecto al mes anterior (33%). Ahora bien, llegó a superar el 80% antes del rescate bancario. La deuda total de la banca que opera en la Eurozona se rebajó a 758.155 millones de euros, un 3,7% inferior.

No obstante, esta cifra sería representativa si se tiene en cuenta que en algunos países las entidades cuentan con un superávit de liquidez que se salda a través de las facilidades de depósito, con lo que el préstamo neto de los países se cierra en negativo.

La menor dependencia de las entidades financieras con el BCE se puede constatar también en la cifra de apelación bruta. Esta deuda de la banca española en las subastas de liquidez del instituto emisor tanto a corto como a largo plazo (265.077 millones de euros) se redujo el pasado mes un 2,1%. Si solo se tiene en cuenta esta apelación bruta en relación con el conjunto europeo (878.060 millones de euros), la financiación del Eurosistema correspondiente a la banca española se reduce al 30,1%.

Este porcentaje aún se mantiene muy por encima del que correspondería a España en función de su aportación al Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro (alrededor del 13%).

La banca reduce su "hucha" con el BCE a la mitad

El importe bruto de apelación no recoge el dinero que los bancos españoles han tomado prestado al BCE y han vuelto a depositar a resguardo del organismo. La banca española tiene aparcados 7.862 millones de euros en esta 'hucha'. Esta cifra es inferior en un 28,1% a los 10.944 millones de marzo, su tercer descenso consecutivo.

En este sentido, el conjunto de las entidades del Eurosistema depositó 120.571 millones de euros en el BCE, un 10,2% inferior al mes precedente.

Esta tendencia a la baja en el dinero depositado por la banca europea en el instituto emisor se explica tras la decisión del BCE en junio de dejar de retribuir las facilidades de depósito para impulsar el crédito. Hasta esa fecha, el organismo monetario ofrecía un interés del 0,25% a un día a los recursos que se guardaban en la institución.

Mejoría en la salud financiera

El analista de XTB Daniel Álvarez ha explicado a Europa Press que los datos de deuda de la banca española con el BCE "vuelven a confirmar una tendencia que queda patente en el mercado desde hace ocho meses y que demuestra una clara mejoría en la salud del sistema financiero español".

Además, entiende que estas cifras "deben impulsar, como ya lo están haciendo, una mejor percepción de los inversores extranjeros en el sector".

En cualquier caso, el experto advierte de que España no se puede relajar, "ya que las peticiones de bancos españoles han supuesto un tercio de las peticiones totales del sistema financiero de la Eurozona, por lo que aunque la dirección es la correcta y la mejora evidente, la situación sigue siendo mejorable".