El Gobierno se ha comprometido con la Comisión Europea a abordar nuevas subidas fiscales sobre el consumo que afectarán a alguno de los llamados impuestos especiales. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no ha precisado por el momento sobre qué tributos se actuará y en qué cuantía, pero algunas informaciones divulgadas ayer indican que su departamento está meditando incrementos en los impuestos que gravan las bebidas alcohólicas y el tabaco.

Al presentar el pasado viernes el nuevo paquete de reformas y ajustes aprobado por el Consejo de Ministros, Montoro excluyó de manera explícita que se vaya a producir un nuevo incremento del impuesto especial sobre los carburantes. Precisó también que se evitará actuar sobre los tributos que más pueden dañar a la hostelería, principalmente el impuesto especial sobre la cerveza. El Plan de Estabilidad remitido a Bruselas habla genéricamente de "imposición sobre los consumos que presentan mayores externalidades negativas", expresión que en la jerga económica comprende, entre otros, los consumos de alcohol y tabaco.

El diario "El Economista" informó ayer de que Hacienda medita una subida del impuesto sobre el alcohol (sin incluir la cerveza y el vino) de hasta el 10%.