En solo cuatro días, justo al comienzo del nuevo año, la evolución en el parqué de Viscofan en, toda una referencia de modernidad y ejemplaridad de negocio en estos momentos de recesión y números rojos en España, se desplomaba casi un 10% ante el asombro generalizado de los inversores. Demasiado para una cotizada que acostumbra a dar buenas noticias. ¿La razón? Governance for Owners (GO), entre los principales accionistas, comunicaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la ligera reducción de su presencia por debajo del 5%. Aunque lo habitual es que a una cotizada no le sienten nada bien los movimientos de desinversión, el sabor de boca es todavía más amargo en este caso por el perfil reivindicativo y activista del fondo británico. Desde las tripas de las compañías lucha por mejoras internas que reviertan luego en la cuenta de resultados. En un mayor, y más transparente, beneficio. Por eso se le mira con suspicacia cuando llega y se teme su salida por la imagen que puede representar en el mercado de que tira la toalla. Su desembarco en la conocida hoy como la Apple española coincidió también con la irrupción en Jazztel, recién ascendida al Ibex. Y en Pescanova. En la única que no está. Su discreto abandono a mediados del pasado año pasó totalmente desapercibido y muchos analistas apuntan a ése como el primer gesto que nadie vio de lo que finalmente vino encima.

La filosofía de GO, que formaliza sus compras a través European Fous Found, apuesta por una "inversión responsable" y por marcar las distancias con las operaciones especulativas de los fondos buitre. Su vocación de permanencia en una compañía es a largo plazo. "El equipo de GO cree que ser accionista supone una responsabilidad y que está en condiciones de aportar un valor añadido", defienden desde su web corporativa.

"Lo que básicamente hacen -explican desde el mercado- es localizar sociedades con carencias de gobierno corporativo y potencial de crecimiento". A partir de ahí, la batalla se libra dentro, con peticiones constantes de cambios incluso entre los miembros del consejo de administración si los consideran adecuados, revisiones de salarios en la cúpula, del pay out al accionista... "Todo lo que es susceptible de mejora y de ganar en transparencia", señalan las mismas fuentes. Pero siempre con el ojo puesto en la rentabilidad. "Les hacen ganar dinero -resume un financiero que conoce bien el modus operandi del fondo- para que ellos ganen también dinero con la evolución en Bolsa y saquen así partido a la inversión".

El primero de los registros en la CNMV que dan constancia de la aparición de GO en Pescanova se remontan al 30 de junio de 2011. El fondo declaró un 4% del capital. Probablemente, a raíz de la enorme venta de acciones promovida por Novacaixagalicia en su estrategia entonces de adelgazamiento para reducir al máximo las ayudas públicas que amenazaban su nacionalización.

La caja única se deshizo de un 15% del gigante pesquero gallego, al que tanto Caixanova como especialmente Caixa Galicia estuvieron tan ligadas durante su historia, a través de Ahorro Corporación. La mayoría de los títulos, 1,944 millones -el equivalente al 10% de la firma-, se colocaron entre diversas entidades financieras e intermediarios. Ibersecurities, los portugueses BPI y BES, y GVC Gaego. La misma oportunidad que aprovechó el hasta esta semana presidente, Manuel Fernández de Sousa, para elevar su presencia un 5% y rozar el 24% de Pescanova.

En agosto de ese mismo año, Governance for Owners notifica que su participación alcanza el 5,074%. Así se mantuvo un año. La siempre política de comunicación de Pescanova no permitió nunca conocer las reivindicaciones del fondo a la alta dirección. Ni siquiera si algún acuerdo de la junta fueron a propuesta suya.

El 16 de agosto de 2012, es decir, un año después de arañar su máxima presencia en la multinacional con sede en Chapela, GO toca a retirada. Primero, con la dilución de su paquete en una de las ampliaciones de capital impulsadas por la dirección hasta el 3,434%. Solo cuatro días más tarde, el 20 de agosto, esta vez por la venta de 43.088 acciones, la reducción llega al 2,897%. Inferior al 3%, lo que le permitió al fondo capitaneado por Stephen Cohen, consejero delegado, salir paulatinamente de Pescanova sin tener ya que notificar ninguna operación más.

A Viscofan, líder mundial desde el País Vasco en la fabricación y comercialización de envolturas para productos cárnicos como los embutidos, accedió GO en octubre de 2011. Después de la venta del pasado enero, su cuota en el accionariado es del 4,798%. En la última junta de accionistas, el fondo se encontró de frente con el rechazo de la compañía a casi todas sus solicitudes. Entre ellas, que el dividendo se incrementara del actual 46% al 55% en 2013 y al 65% en 2014 y la aplicación de recomendaciones del Código de Buen Gobierno que suponía el cese de la mitad de los miembros del consejo. Governance for Owners justificaba sus demandas para "corregir ciertas debilidades" de la empresa en materia de gobierno corporativo, que a su juicio "ralentizan el progreso" de Viscofan, "entorpeciendo su internacionalización y mayor captación de capital".

Independientemente de las discrepancias, de que no pocos analistas ven en ellas el motivo de que GO pueda estar preparando su salida, la cotización de Viscofan desde la irrupción el fondo británico se disparó un 40,8%. Uno de los motivos de ese bautizo como la Appe española. Por la rentabilidad y el incremento del negocio.

La revalorización en Jazztel en los dos años que lleva en compañía de GO -segundo máximo accionista de la firma de telecomunicaciones, con un 5,020%, por detrás de su presidente- es incluso mayor. Del 50%. Hoy es la sustituta para Bankia en el selectivo con las 35 cotizadas más fuertes del mercado español.

Los 30 euros que GO pudo llegar a pagar por cada título de Pescanova en 2011 tienen muy poco que ver con los apenas 14 que valían cuando salió. El holding gallego, protagonista de un escándalo sin precedentes y muy relacionado además con las debilidades extremas de gestión que el fondo intenta combatir, es la cruz de la trayectoria de Governance for Owners en España. Con un 80% de caída en Bolsa, en concurso de acreedores y sin que esté nada claro hasta donde llega la deuda real. Como mínimo, el doble de los 1.600 millones comunicados oficialmente hace menos de un año.

"A toro pasado es muy fácil hablar, pero, sin duda, lo de este fondo era una señal clara", sostiene un analista. La opinión es coincidente con otros. "Es que al final no se vio nada", aseguran. Todos sin respuesta tampoco para concretar el futuro de una compañía que ya no pudo huir más hacia delante.