La información económica pública de Pescafina, una de las filiales de referencia para Pescanova y, de momento, la única del grupo en preconcurso de acreedores, mostraba una imagen de absoluta normalidad hasta hace muy poco. Y lo destacaba expresamente. "No se aprecian riesgos o incertidumbres que puedan afectar de una manera significativa a la evolución de los negocios y a la situación de la sociedad", apunta en su balance de gestión de 2011, aprobado a mediados del pasado año. Los datos más recientes en el Registro Mercantil. El mensaje es prácticamente idéntico al que la matriz y el resto de las participadas lanzan desde sus respectivas cuentas, pese a que el incremento de la deuda es evidente y que en el folleto con el que se formalizó la última emisión de bonos -en julio de 2012- el gigante pesquero admitía la existencia de un "contexto actual de dificultad para obtener o mejorar la financiación por las consecuencias de la situación económica sobre el sector bancario-financiero" y la propia necesidad de que sus resultados estuvieran a la altura de "hacer frente a su nivel actual de endeudamiento". En el caso concreto de Pescafina, el pasivo total supera los 90,5 millones de euros.

Toda esa cantidad, prácticamente, con vencimiento durante 2012, según consta en esa misma documentación depositada en el Registro. Lo que podría explicar las causas de la petición de preconcurso en los juzgados mercantiles de Madrid, donde está su sede. La amortización con entidades de crédito rozaba los 44,8 millones de euros, a los que hay que sumar otros 5,6 que se mantenían con otras sociedades del grupo y 40 millones a mayores con acreedores comerciales.

El endeudamiento acumulado por la sociedad destinada al comercio al por mayor de pescados, mariscos y otros productos registró entre 2010 y 2011 un ligero descenso del 4,1%. Aún así, su saldo total es veinte veces superior al beneficio que Pescafina obtuvo ese mismo ejercicio, y sigue un comportamiento muy desigual entre las diferentes partidas pendientes de pago. La clave del descenso en el capítulo en general está en el descenso del volumen contraído con los proveedores, que pasó de 42,3 millones de euros a 17,4. En cambio, las deudas a corto plazo con las entidades de crédito se dispararon hasta los 44,795 millones de euros, un 45% más en solo un año. Las obligaciones con otras empresas del holding presidido por Manuel Fernández de Sousa se situaron en 16,62 millones de euros, lo que supone otro incremento del 15%.

"Desde nuestros orígenes, Pescafina ha optado por una decidida política corporativa, cuya estrategia se centra en el establecimiento de alianzas comerciales con proveedores y distribuidores de todo el mundo, cada uno de ellos con fuerte grado de implantación en sus respectivos mercados", cuenta la compañía desde su página web, en la que se presenta como "líder" en el sector de pescados, mariscos y precocinados congelados, implantada en todos los continentes, "tanto en la compra como en la venta". De ahí su facturación multimillonaria, que en 2011 alcanzó los 504,2 millones de euros, con un alza del 16% respecto al año anterior.

El incremento, sin embargo, es mayor en el coste de las mercancías. Un 18%, hasta los 482 millones de euros. Con lo que el 95,6% del importe neto de la actividad se va en pagar aprovisionamientos. A partir de ahí, la cuenta de resultados se minora con el resto de cargas -4,2 millones en personal (58 trabajadores) y 12,2 millones en servicios exteriores, entre los más destacados- y deja un margen de explotación de 8,64 millones. En otras palabras, por cada 100 euros que entran en Pescafina, solo 1,71 euros se quedan en caja.

Eso antes de medir los gastos financieros. Lo que a la filial le supone mantener su deuda. Un total de 1,692 millones de euros, el doble que en 2010, frente a unos ingresos financieros de 589.000 euros. El beneficio final de Pescafina fue de 4,3 millones, frente a los 5,5 del ejercicio precedente.

Para Pescafina éste es su segundo concurso de acreedores, tras el declarado en 1998, entonces todavía conocido como suspensión de pagos. En 2000, una vez logrado el convenio judicial, Pescanova entró en escena con la compra de la sociedad por 15 millones de euros. Pero los pagos derivados del proceso todavía están en vigor.

Concurso

El grupo comunicó ayer en un hecho relevante a la CNMV que en los próximos días presentará la documentación del concurso ante los juzgados de lo Mercantil de Pontevedra.