Las grandes patronales CEOE y Cepyme han elaborado una circular sobre los criterios a seguir en la negociación colectiva de 2013, en la que recomiendan a los negociadores empresariales que los incrementos salariales pactados no superen el 0,6% tanto en 2013 como en 2014. Aunque en realidad animan a no llegar siquiera a ese porcentaje, ya que "la mayoría de las empresas necesitarán una congelación salarial" en ambos ejercicios e incluso en algunos casos un recorte de sueldos. En todo caso, instan a las empresas a impulsar la retribución variable.

Las patronales explican en la circular que el marco en el que se desenvolverá la negociación colectiva en 2013 es "de crisis y recesión económica", por lo que abogan por la contención de los salarios y por lograr ajustar las condicionales laborales a las necesidades de sectores y empresas.

En este contexto, defienden que los negociadores empresariales que se vean obligados a optar entre defender el empleo y reducir costes, entre ellos los salariales, "están obligados" a no sobrepasar incrementos salariales del 0,6% en 2013 y 2014, con la posibilidad de que el próximo año este porcentaje suba en función de la evolución del PIB.

CEOE y Cepyme instan, pues, a seguir las recomendaciones del acuerdo de negociación colectiva 2012-2014 (AENC) tanto en materia salarial como en estructura de la negociación colectiva y flexibilidad interna de las empresas, incorporando como contenidos "mínimos" del convenio la jornada, el salario y las funciones. "Debemos huir de temores a la hora de afrontar la negociación colectiva", apuntan.

Las organizaciones empresariales entienden que los salarios deben evolucionar de acuerdo con la productividad "e incluso por debajo" (congelaciones o rebajas salariales) mientras persista el paro.

En el ámbito de la empresa, prosiguen, esto significa tomar como referentes los datos de producción o de ventas, los beneficios, la situación general de la economía y la evolución de los costes en los países competidores. Así, CEOE y Cepyme animan a los negociadores a impulsar la retribución variable en los convenios definiendo los criterios para su aplicación y su vinculación a conceptos como los resultados o la productividad. "El componente variable liga la subida salarial a la marcha de la empresa y no a la evolución de la economía, lo que es recomendable, ya que para la empresa es preferible subir salarios en función de su marcha y no de variables que no controla, como la inflación", sostienen las patronales. También recomiendan el establecimiento de periodos transitorios para la aplicación del salario variable "dadas las dificultades de aceptación" de esta fórmula.

CEOE y Cepyme subrayan que, de cumplir los sindicatos de manera estricta el acuerdo de negociación colectiva, los convenios deberían tener una vigencia de dos años, aunque precisan que el ámbito temporal está muy conectado con los objetivos sectoriales o de empresa a lograr en el convenio.

En cuanto a la polémica ultraactividad (prórroga automática de un convenio cuando finaliza su vigencia sin haberse negociado otro), los empresarios entienden que su limitación a un año en la reforma laboral puede resultar beneficiosa para la consecución de sus objetivos. De ahí que instan a aprovecharla en la consecución de sus objetivos.