El Consejo Empresarial de la Competitividad, formado por dieciocho grandes empresas y liderado por el presidente de Telefónica, César Alierta, se ha sumado estos últimos días a quienes están poniendo fecha al final de la recesión española: el país, sostiene Alierta, encara su último trimestre de decrecimiento, al que seguirá un verano en equilibrio -crecimiento cero del producto interior bruto (PIB)- y un avance del 0,3% en el último tramo del año.

El pronóstico del referido "lobby" coincide en lo sustancial con el discurso del Gobierno y con las expectativas de algunos organismos internacionales y observatorios económicos privados.

Se cimenta en la convicción de que los ajustes internos (sector público, construcción o sobreendeudamiento empresarial) están cerca de su final; también en la creencia de que las políticas de austeridad serán algo menos severas y en la expectativa de que la recuperación mundial dará nuevos bríos a las exportaciones españolas. Esa palanca, augura el Consejo, tendrá un efecto arrastre sobre el conjunto de la economía a través de la inversión.

El grupo de Alierta, como el Gobierno, apela a ciertos indicadores adelantados de la economía (la reducción de las tensiones financieras, el favorable comportamiento de la balanza de pagos...).

Esta crisis y sus mutaciones se han especializado en dinamitar las pronósticos económicos. El mismo organismo erró el año pasado cuando pronosticó que el país saldría antes de la recesión y que la reforma laboral iba a reanimar la creación de empleo.

El informe que César Alierta ha hecho llegar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, augura ahora un "ligero descenso de la tasa de desempleo" en 2014, sobre todo en la segunda mitad del año. Y alude a otro renglón del PIB duro para los ciudadanos: la renta de los hogares volverá a deteriorarse este año y continuará haciéndolo, aunque a menor ritmo, el próximo.

Viene por tanto, según las grandes empresas, una recuperación que no será explosiva ni recortará la cola del paro de inmediato. Puede ser, de cofirmarse, el principio de un tiempo que José Antonio Herce, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, vislumbra. "No cabe esperar muchas alegrías en los próximos años, sino mucho esfuerzo y desear mejor criterio para restaurar los dañados mecanismos y procesos asignativos de la economía española que permitan asignar los recursos, escasos y maltrechos, de que disponemos a los objetivos adecuados; si es que somos capaces de discernirlos, primero, y de consensuarlos, después".