El grupo PSA Peugeot Citroën ha reorganizado su cúpula directiva para hacer frente a los retos que le depara el futuro, entre los que destaca la vuelta a la rentabilidad tras contabilizar unas pérdidas superiores a los 5.000 millones el año pasado. El presidente del consorcio automovilístico francés, Philippe Varin, contará a partir de ahora con el apoyo de un comité de dirección formado por solo tres miembros (a los que se suma el propio patrón de PSA). Estos cambios se producen tras la marcha del hasta ahora responsable de I+D, Guillaume Faury, fichado por Eurocopter, y la salida de la junta de Frédéric Saint-Geours, que asesorará directamente a Varin. Entre los objetivos futuro del grupo, además de superar los números rojos, está lograr una mayor diferenciación entre las marcas Citroën y Peugeot para evitar que se canibalicen en los mercados.

El comité de dirección de la multinacional estará ahora formado por Philippe Varin (presidente), Jean-Baptiste de Chatillón (director financiero), Grégoire Olivier (director para Asia) y Jean-Christophe Quemard (director de programas). En esta nueva etapa, los máximos responsables de las marcas Peugeot (Maxime Picat) y Citroën (Frédéric Banzet) reportarán directamente a Varin, mientras que las actividades de relaciones sociales se integrarán en la dirección de recursos humanos para reforzar la calidad del diálogo social.

Varin ha confiado a los miembros del comité la consecución de objetivos operacionales. Así, el director financiero vigilará la optimización de los resultados del grupo, actuando como árbitro entre las marcas Peugeot y Citroën cuando sea necesario. El director de Asia tendrá como misión el desarrollo rentable del grupo en Rusia y su desarrollo industrial fuera de Europa y de América Latina, mientras que el director de Programas tendrá que pilotar los proyectos comunes con General Motors (GM).

Diferenciación de marcas

El patrón de PSA está dispuesto a acabar con el solapamiento en el mercado de las marcas Peugeot y Citroën, un problema que sufre el grupo desde la fusión de los fabricantes en la década de los setenta. De esta forma, los esfuerzos en esta materia irán por elevar el rango de los vehículos de Peugeot al nivel de modelos premium, casi a la misma escala que la gama DS de Citroën, mientras que la clase C de la marca de los galones representará a vehículos más sencillos y modernos, como avanzó el propio Varin en la presentación de resultados el pasado febrero.