"Se establece en cinco años la duración del mandato de los consejeros, sin perjuicio de la reelección que pueda hacerse indefinidamente", dice el artículo 42 de los Estatutos de Pescanova. El presidente de la compañía -e hijo del fundador-, Manuel Fernández de Sousa-Faro, obtuvo su último nombramiento como miembro de este órgano ejecutivo el 23 de abril de 2008, con lo que su mandato expira en algo más de un mes. En las aguas revueltas de la multinacional pesquera nadie puede garantizar que el actual presidente consiga los apoyos para ser reelegido y, por tanto, pende de un hilo su continuidad al frente de la firma.

El segundo accionista de la empresa, el Grupo Damm, está representado en el consejo por el hermano de Demetrio Carceller, José Carceller Arce. La empresa ha mostrado reiteradamente su apoyo a la compañía y la confianza en su viabilidad, pero su apoyo explícito nunca fue depositado en el presidente de la empresa. "El propio consejo podrá designar interinamente, entre accionistas, las vacantes que ocurran en la primera junta general que se celebre", continúa el artículo 42 de los Estatutos. Esto es, podría darse entrada en el consejo al fondo Silicon Metals Holding (con sede en Delaware y las Islas Caimán), por ejemplo.

Sitios libres

¿A cambio de qué vacantes? Son dos las que quedarían en el aire de forma inminente. Además de la de Fernández de Sousa, el mandato como consejero de Alfonso Paz-Andrade (exconsejero delegado) también expira el 23 de abril, según consta en la memoria de gobierno corporativo de la empresa. En este caso el empresario vigués tampoco tendría garantizada su continuidad.

A su favor el actual presidente de la firma cuenta con consejeros afines como su hermano (Fernando Fernández Sousa), su hijo (Pablo Fernández Andrade) o incluso el independiente Robert Albert Williams, que forma parte del consejo desde el 29 de junio de 1993. Pero las presiones de los fondos de inversión (como Luxempart) u otros con participaciones significativas ponen en riesgo la reelección de Manuel Fernández de Sousa.

El resto de los consejeros tienen su plaza en vigencia hasta, al menos, el 6 de abril de 2015 (cuando caducan los cinco años de mandato de Williams y Pablo Fernández, los dos afines al presidente).

Por ahora nadie ha descubierto sus cartas ante una situación extremadamente compleja para la compañía. Al actual presidente se le acusa de llevar a cabo una gestión muy personalista, pero quien lleve las riendas de la multinacional tiene 122 compañías que gestionar en 22 países diferentes, una tarea hercúlea.

Aunque el mandato de Fernández de Sousa y Paz-Andrade caduquen formalmente el 23 de abril, el presidente no tiene por qué convocar una junta general hasta el mes de junio, por lo que hasta ese momento todavía pueden producirse muchos cambios en la compañía.