Hacía tiempo que los habituales del polígono coruñés de A Grela no veían tanto movimiento como el que ayer a mediodía provocó la inauguración del nuevo cocedero de Estrella Galicia. Coches oficiales, despliegue policial, televisiones y hasta una manifestación de afectados por preferentes enfrente de la fábrica de la corporación evidenciaban que algo importante preparaban los Rivera.

La cuarta generación de la familia que desde hace 107 años elabora Estrella Galicia presentó ayer en sociedad su nueva planta de cocimiento de cereal, conectada a la antigua factoría, con la que la compañía se marca el objetivo de duplicar las ventas de 125 millones de litros de cerveza -de todas sus marcas- del año pasado.

La cifra fue todo un récord en medio de una profunda crisis en la que Hijos de Rivera no ha hecho más que crecer en ventas -un 48% en los últimos cinco años- y beneficios (un 36%). Pero además, fue celebrado como un hito puertas adentro. Primero porque la compañía había tocado techo y no podía crecer más sin incrementar su capacidad productiva. Y segundo, porque como ayer se encargó de recordar Ignacio Rivera, consejero delegado de Hijos de Rivera, la cuarta generación multiplicó por cinco la producción que sus antepasados habían alcanzado en los años setenta.

"En la familia hemos tenido un multiplicador de cinco en las ventas. La quinta generación tiene el reto de multiplicarlo por cinco otra vez y ojalá que lo consiga", confió el consejero delegado, que ejerció de anfitrión ante el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; los conselleiros de Traballo e Industria, Beatriz Mato y Conde, y el alcalde, Carlos Negreira, entre otros, que visitaron las instalaciones antes de reunirse en una carpa con empleados, familiares y jubilados de la planta. Núñez Feijóo puso a Hijos de Rivera como un ejemplo de empresa que supera las dificultades en medio de la crisis. "Estrella Galicia se ha convertido en un símbolo colectivo de los gallegos", dijo. El alcalde, Carlos Negreira, añadió su "orgullo" por tener a una empresa tan importante en la ciudad. Lejos de la autocomplacencia, el consejero delegado dejó claro que la compañía tiene numerosos retos para el futuro, entre ellos, continuar potenciando sus distintas líneas de negocio -la distribución supone ya un 25% de sus ingresos- y consolidar y avanzar en su expansión nacional e internacional.

El nuevo cocedero, que tiene en su fachada un mural del artista Jorge Cabezas, ocupa una parcela de 25.000 metros cuadrados en el que la compañía invirtió 10 millones de los 165 que destinó a este capítulo en los últimos cinco años. Con la nueva planta, Hijos de Rivera incrementará un 5% su plantilla, que actualmente componen unos 700 trabajadores, a los que se suman otros tantos como empleos indirectos.