Alemania no piensa estimular su economía para favorecer el crecimiento del sur de Europa. El Gobierno de Angela Merkel ha dado así portazo a una sugerencia del presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, que en una entrevista con Financial Times demandó un cambio en la estrategia de Berlín y los estados de su entorno: que los países europeos en mejor posición económica emprendan políticas que impulsen el crecimiento europeo. "No va a haber paquetes de impulso económico", respondió ayer el ministro de Economía germano, el liberal Philipp Rösler.

Rajoy lanzó en sus respuestas al diario de la City londinense la siguiente petición: "Pienso que en este momento, cuando existe una necesidad de crecimiento, aquellos que son capaces de implementar políticas de crecimiento deberían hacerlo". El presidente del Gobierno planteaba de ese modo un punto de inflexión en la política económica que está dictando Merkel para la eurozona: que sin abandonar las políticas de ajuste presupuestario y reformas en los países del Sur, los del Norte tomen medidas fiscales (inversiones, rebajas de impuestos...) para intensificar su propio crecimiento y, con ello, el de los otros socios de la eurozona, vía exportaciones.

"Esta claro que no se puede pedir que España adopte políticas expansivas en este momento, pero los países que pueden, deberían", señaló Rajoy a "Financial Times". El ministro alemán Rösler replicó así ayer, durante una comparecencia ante los periodistas: "No ayudaría a nadie en Europa que Alemania aprobase grandes inversiones que no se puede permitir y que aumentaría aún más la deuda". La "senda correcta", según el Gobierno de Merkel, es la marcada por el "pacto fiscal" firmado por 25 de los 27 integrantes de la UE (no lo secundaron la República Checa ni Reino Unido). Ese acuerdo obliga a los gobiernos a mantener una estricta disciplina presupuestaria. Combinada con las "reformas estructurales" (pensiones, mercado laboral, privatizaciones...), es la hoja de ruta que ha trazado Alemania, acreedor principal de los estados del Sur. Según Philipp Rösler, ésa sigue siendo la vía adecuada, a pesar de que la eurozona, en su conjunto, está en recesión y el desempleo está en cotas superiores al 25% en España y Grecia.

La propia Alemania puede entrar en recesión tras decrecer un 0,5% en el último trimestre del año. Sin embargo, a decir del ministro de Economía, al país germano "le va bien" y "se mantiene como la avanzadilla europea en economía y mercado de trabajo". La Administración Merkel prevé para 2013 un parco crecimiento del PIB, del 0,4%.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, subrayó ayer que la recesión "ya no se limita a los países del sur de Europa", sino que "todos estamos en el mismo bote y no hay pasajeros de primera y de segunda", por lo que ha asegurado que es necesario "poner las palancas" para propiciar el crecimiento económico tras las políticas de austeridad.

Sin mencionar a Alemania, así lo indicó De Guindos el mismo día en que el país germano rechazaba aplicar estímulos al crecimiento como le había instado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El ministro español dijo confiar en que la "mayor tranquilidad" observada en los mercados de deuda permanezca en el tiempo, puesto que "está calando" la percepción del esfuerzo realizado por el Ejecutivo español por enderezar las cuentas públicas.