El banco Santander anunció ayer la absorción de sus filiales Banesto y Banif y la unificación de sus marcas comerciales en España, operación que se completará el próximo año y que incluirá el cierre de 700 oficinas de la red del grupo y un recorte de personal mediante medidas "no traumáticas". La desaparición de Banesto pone fin a una enseña financiera con 110 años de historia. La operación incluye una oferta de canje a los accionistas de Banesto que conlleva una prima del 24,9% respecto a la cotización del pasado viernes. Los títulos de Banesto subieron ayer un 18,43% en Bolsa.

La decisión del banco que preside Emilio Botín ha sido interpretada por inversores y analistas como un paso lógico en el contexto de la reordenación del sector financiero español. Cuando el negocio estuvo dividido entre cerca de cincuenta entidades, operar con dos marcas generalistas permitía al Santander competir en condiciones favorables y ganar cuota de mercado. Camino de un escenario en el que el negocio del crédito se lo repartirá una decena de corporaciones, resulta más operativo agruparse en una marca y darle más musculatura. La concentración de los depósitos y del conjunto de los negocios del Santander, Banesto y Banif, así como el ajuste de oficinas y personal, generarán una rebaja de costes que el grupo ha cifrado en 420 millones de euros y un aumento de ingresos de 100 millones.

La mayor parte del ahorro, 237 millones, será en costes de personal, según informó el Santander. Banesto tiene una plantilla de unas 8.000 personas y cerca de 1.700 oficinas en toda España. Por su parte, Banif, especializada en banca privada (grandes patrimonios), tiene 52 oficinas y 550 empleados. La integración completa en la estructura del Santander supondrá un recorte de 700 oficinas, cierres que pueden afectar a sucursales de las distintas enseñas actuales.

La operación supondrá un recorte "progresivo" de plantilla de un alcance que no ha sido precisado. La dirección de Botín ha comentado que no habrá "medidas traumáticas", que el ajuste se hará principalmente mediante bajas incentivadas y traslados a otros centros de trabajo de la corporación, sea dentro o fuera de España.

Banesto forma parte del grupo Santander desde que, en 1994, le fuera adjudicado en subasta tras haber sido intervenido por el Banco de España y procesado Mario Conde, quien hasta diciembre de 1993 había sido su presidente. El Santander controla ahora el 89,74% de su filial. Para la absorción, el grupo pagará a los demás accionistas en títulos del Santander, mediante un canje en la siguientes condiciones: por cada acción de Banesto (con un valor nominal de 0,79 euros), el inversor recibirá 0,633 del Santander (con un valor nominal de 0,5 euros). La oferta es un 25% superior al valor que los títulos de Banesto tenían en Bolsa el pasado viernes y está un 45% por encima de la cotización media de los últimos seis meses.