La industria de automoción es "estratégica" para el futuro de la economía de Europa. Bajo esta premisa, la Comisión Europea (CE) aprobó ayer un plan de acción para atajar la crisis y mitigar el impacto que la reestructuración de este sector está generando en algunos países. El plan, denominado CARS2020, potenciará la innovación y la investigación y eliminará las barreras que afronta para ganar peso en el mercado internacional, menos afectado por la caída de ventas.

"No podemos decidir sobre los cierres, pero sí acompañar las reestructuraciones utilizando el dinero europeo, aunque hace falta trabajar con una estrategia a medio y largo plazo para defender los recursos industriales", afirmó ayer el vicepresidente de la Comisión, Antonio Tajani, al presentar la iniciativa. Tajani se comprometió a evaluar el impacto en el automóvil de cada nuevo pacto comercial que se negocie con terceros países, para evitar que se vea perjudicado. Poco después, reconoció que el acuerdo de libre comercio cerrado el pasado año con Corea del Sur ofrece un balance general "positivo" para la industria en general, pero negativo para el sector concreto del automóvil.

"No podemos sacrificar un sector esencial como el del automóvil europeo para dar ventajas a los otros, por tanto, los acuerdos sólo se darán si hay ventajas reales para el sector", añadió.

Los cierres anunciados por Ford en Bélgica y Reino Unido, y PSA en Francia, dentro de un amplio plan de reestructuración a nivel comunitario, son una muestra de la realidad que afronta un sector con exceso de capacidad de producción. En la actualidad hay 180 plantas activas en la UE, de las que al menos 15 trabajan por debajo del 50% de su capacidad, una capacidad sobrante -de entre el 25% y el 30%, según la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (ACEA)- repartida de manera desigual entre los productores y países. "La industria necesita ajustar el exceso de capacidad que existe", argumentó ayer el secretario general de ACEA, Ivan Hodac.

Uno de los objetivos del plan CARS2020 es precisamente mejorar el mercado interior, es decir, tratar de armonizar los "incentivos" que los Veintisiete ofrecen al sector en sus territorios, como por ejemplo los planes de estímulo de compra de coches, como el PIVE en España. Otra de las prioridades es mejorar la competitividad del sector en el mercado global, ya que mientras la demanda interior sigue cayendo, la externa se mantiene a la alza y representa una oportunidad. Tajani apostó también doblar los apoyos a la I+D+i en el campo del motor, de modo que en el próximo ejercicio 2014-2020, los presupuestos de la UE reserven 2.000 millones de euros a la investigación en este sector.