La flota palangrera de superficie congeladora de la UE -en su totalidad portuguesa y española y, en el caso español, con base mayoritaria en A Guarda y Vigo- recibió ayer con alivio la decisión de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo de mantener el permiso especial de que disfruta para poder cercenar a bordo las aletas de tiburón frente a la propuesta de la Comisión Europea de imponer el desembarco de las aletas adheridas al cuerpo del animal. También se aprobó, según el sector, que aletas y cuerpos deben ser desembarcados en el mismo puerto.

La iniciativa de la CE, a través de la comisaria de Pesca, Maria Damanaki, se argumenta en el intento de erradicar la práctica del "finning", es decir, cercenar la aleta de tiburón -de alta cotización en el mercado asiático- y tirar el resto del animal al mar. Los palangreros gallegos condenan y niegan practicar el finning, prohibido en la UE desde 2003 y así, entre otras razones argumentan que de las dos especies de tiburón que capturan -marrajo y tintorera- aprovechan las aletas pero cuerpos, hígados e incluso la piel, lo que llega a representar hasta el 50% de sus ingresos por esta pesquería. Además, señalan que, de salir adelante la pretensión de la UE de desembarcar las aletas adheridas al cuerpo el sector sufriría un grave descalabro económico, al tener que modificar su actual sistema de estiba en las bodegas, que perderían un 10% de capacidad. También avisan de problemas de seguridad para la tripulación y alimentaria por la ruptura de la cadena de frío para separar en tierra las aletas congeladas. En datos concretos, estiman un incremento de gastos anual de 9 millones y una incidencia sobre el empleo en el sector, en la actualidad de 2.700 tripulantes y más de 11.000 puestos de trabajo indirectos.

El mantenimiento del permiso de desembarcar las aletas por separado de los cuerpos fue posible al aprobar ayer la Comisión de Pesca de la Eurocámara dos enmiendas defendidas por la diputada portuguesa María do Ceo Patrao Neves,en sintonía con el sector, al proyecto para modificar el actual reglamento comunitario - 1185/2003- sobre el cercenamiento de las aletas.

La patronal pesquera española Cepesca, así como la propia flota afectada celebraron ayer la aprobación de las enmiendas, aunque lamentaron el rechazo a otras enmiendas, como las encaminadas a reforzar las medidas de control de la pesquería de tiburones y de la recopilación de los datos científicos de las dos especies capturadas por los palangreros europeos. Desde Espaderos Guardeses, su gerente, Conchi Ortega, destacaba la "satisfacción pero con cautela" de lo acordado ayer por la Comisión de Pesca, ya que lo ajustado de las votaciones "e incluos los votos contradictorios" dejan el asunto pendiente de un debate en el pleno del Parlamento Europeo, el próximo mes octubre.

El secretario general de Cepesca, Javier Garat, señaló que "estamos satisfechos con el mensaje que la Comisión de Pesca envía al Pleno del Parlamento Europeo, que tiene ahora la última palabra, de respaldo a una flota sostenible y responsable con los recursos que explota, que no practica finning y que hace un aprovechamiento integral de las capturas de dos especies en buen estado".

Por su parte, desde el BNG, su eurodiputada Ana Miranda, señaló que su formación defiende en el Europarlemento la posición de la flota gallega de palangre de superficie.