La industria conservera denunció los "bajísimos precios" a los que se está vendiendo el atún, hasta el punto de que aseguran que las grandes cadenas de distribución "lo venden por debajo de su precio de coste porque para ellos es un señuelo que atrae a clientes". "La venta sin beneficios es un acto de engaño y solicitamos que los diferentes organismos realicen una defensa pública contra este tipo de fraude", reclamó Juan Luis Alonso Escurís, director de operaciones de Jealsa-Rianxeira. Juan Corrales Garavilla, consejero delegado de Conservas Garavilla, corroboró que el sector tiene problemas en la distribución, ya que "no logra un contacto directo con el consumidor porque solo diez grandes cadenas de distribución acaparan al 80% de los clientes". "Mientras es indiscutible que la telefonía o carburantes repercutirá en los clientes la subida del IVA, en nuestro sector incluso debatimos si debemos hacerlo o no", lamentó. "La pesca ya gana dinero, la distribución no lo creo, y seguramente los conserveros no lo hicimos tan bien como deberíamos", reconoció Juan Luis Alonso.

Así, los conserveros apostaron mayoritariamente por subir el precio, sin embargo, hubo también ligeras discrepancias al respecto. "Actualmente el atún enlatado le sale al consumidor a 10 euros/kilo, y el pollo son 6 euros, dudo que en las actuales circunstancias el consumidor esté dispuesto a comprar atún si llegase a costar el doble, se frenaría el consumo y se perderían empleos", sostenía un representante del sector en el debate.

En lo que armadores y conserveros coincidieron es que el atún es un bien escaso para la flota europea y, por lo tanto, los riesgos de desabastecimiento son reales. "La realidad es que la flota europea ya no tiene prácticamente donde pescar", denunciaba Juan Pablo Rodíguez-Sahagún, gerente de la asociación de atuneros Anabac-Optuc. Este dedicó buena parte de su conferencia a denunciar "la mala imagen que fuera tiene la flota europea cuando es la más cumplidora", por lo que pidió apoyo institucional para realizar una campaña que acabe con esa percepción. Rodríguez-Sahagún apostó por marcos de pesca comunes, "no tiene sentido que cada país tenga una regulación diferente".

En este sentido, Ignacio Lachaga, presidente de Albacora -la mayor empresa atunera de Europa- se decantó por preservar la sostenibilidad de este pescado mediante "regulaciones de espacio y tiempo", lo que significaría instaurar periodos de veda de obligado cumplimiento para toda la flota. "9 meses de pesca y 3 de descanso para realizar estudios científicos", ejemplificó. Asimismo, abogó por mejorar todas las artes de pesca y no por la transformación total en Pole&Line "ya que se pescaría un tercio de lo actual, se perderían miles de empleos y se arrasaría con bahías enteras debido a la gran cantidad de carnaza que usa". "La regulación de la capacidad atunera a nivel mundial es imprescindible, los armadores somos los más interesados en la sostenibilidad". Por otro lado, denunció la discriminación con la que se trata a la flota europea. "Intentamos pedir licencia en Papúa y ni nos recibieron; somos como apestados, mientras que allí pescan con licencia barcos japoneses o coreanos. No se entiende ese trato diferenciador".