Toda moneda tiene su cara y su cruz. El actual episodio de toxina diarreica o DSP está a punto de desaparecer de las rías gallegas, lo cual es un dato evidentemente positivo, pero esa apertura masiva de bateas ha conllevado un desplome en los precios del molusco.

La caída se cifra en torno al 25% y fuentes del sector hablan ya de "mínimos históricos". Las últimas zonas que han abierto son dos de los tres parques de Bueu: el Bueu B, situado en Beluso y que cuenta con unas 25 bateas, y el Bueu A2, situado frente a Agrelo-Portomaior y que suma alrededor de 60 viveros.

En aguas buenenses queda todavía cerrado el Bueu A1, situado más cerca de Lapamán, mientras que en Cangas el cierre afecta todavía a los dos polígonos de la ría de Aldán. Esa situación no obstante no se prolongará mucho más y está prevista una reapertura inmediata, que podría ser incluso hoy mismo.

La presencia de la DSP en las aguas gallegas en estos momentos es mínima y en toda Galicia solo están cerrados los parques bateeros citados en Aldán y Bueu, así como otros dos polígonos en Sada y Corme. Las aperturas que se han sucedido durante las últimas semanas han afectado a todas las rías y han permitido sacar al mercado una gran cantidad de producción.

Pero esa oferta llega en un momento en el que la demanda no es muy elevada y en el que las ventas se concentran en el sector del mejillón en fresco. La consecuencia ha sido una pronunciada caída en los precios. "Estamos hablando del caso, por ejemplo, del mejillón pequeño, que se pagaba a entre 0,50 y 0,55 céntimos el kilo y que ahora se está vendiendo a 0,40 céntimos de euro", ejemplifican bateeiros de Bueu.

Algunas fuentes, con larga trayectoria y experiencia en el sector, no dudan al hablar de "mínimos históricos", una circunstancia también debida a la desunión que existe entre los bateeiros.