La flota cefalopodera gallega que faenaba en Mauritania vuelve a puerto el próximo miércoles. Y lo hace para no volver a pescar en ese caladero. La Unión Europea y el Ejecutivo del país africano firmaron ayer un nuevo protocolo de pesca, con una duración de dos años, que expulsa de las aguas magrebíes a 24 barcos, la gran mayoría con base en O Morrazo y Vigo. El nuevo protocolo entra en vigor el 1 de agosto, fecha en que la flota cefalopodera gallega debe regresar a puerto sin que tenga ninguna alternativa. Se prohibe la pesca de pulpo de manera inmediata, de acuerdo con el pacto firmado en la tarde de ayer. Son 400 los marineros que pierden su trabajo -empleos directos- y que pueden hacer peligrar otros 2.400 indirectos e inducidos, según los datos facilitados a FARO por la patronal Anacef.

El acuerdo entre ambas partes caducaba el martes próximo. Se da la circunstancia que fue la comisaria europea Maria Damanaki y no el Gobierno mauritano quien descartó la posibilidad de que los cefalopoderos pudieran seguir faenando en aguas africanas. Como avanzó FARO, Damanaki aseguró tener datos de “dictámenes científicos” que desaconsejaban la pesca de pulpo en Mauritania. “Los cefalópodos se sobreexplotan actualmente y las posibilidades de pesca de esta población en este momento deben reducirse a cero en el nuevo protocolo”, dijo textualmente ante una pregunta formulada por la eurodiputada nacionalista Ana Miranda.

Y, finalmente, se han consumado las directrices de la comisaria europea, muy criticada en el sector por tomar decisiones “basadas más en criterios supuestamente ambientales que en los pesqueros”, arremeten desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi).

Destrucción de flota

El presidente de la Asociación de Cefalopoderos-Anacef, Francisco Freire, ataca el que llama “acuerdo de las tres vergüenzas”. “Estamos hartos de las mentiras de la señora Damanaki sobre el estado del stock de las especies, porque son mentiras”, condena Freire. “En primer lugar no es cierto lo que dice, y sino que le pregunte a cualquier armador o operador sobre la campaña de julio”, que ha resultado muy positiva para la flota y que desmentiría, a ojos del sector, la “sobreexplotación” de la que habla la comisaria europea.

Freire tilda de “lamentable” que la Unión Europea “pague más por tener menos flota”. En efecto, el acuerdo prevé una compensación económica de 110 millones de euros cada año (suma de la aportación de Bruselas y el canon de los armadores). El acuerdo anterior estipulaba un pago de 85 millones de euros al año. “Pagamos más con un 30% menos de barcos faenando, es indignante”.

La “tercera vergüenza” para los armadores cefalopoderos es la “destrucción absoluta de una flota”, que no tiene caladero alternativo. “Son 24 barcos operativos que faenan perfectamente bien, funcionando”, explica a este diario. “Esto nos lleva a la completa desaparición de los buques cefalopoderos”, que llegarán a puerto el 6 ó 7 de julio una vez se despidan de las aguas mauritanas. Al menos veinte de los barcos son de armadoras de O Morrazo y Vigo, aunque gran parte de los barcos tienen su base administrativa en Las Palmas.

Cuatro barcos italianos, tres griegos y uno de Portugal también deben abandonar el caladero la semana próxima al dedicarse a la captura de cefalópodos.

Más requisitos

El protocolo establece, además, que el 60% de los marineros enrolados en los barcos cerqueros, arrastreros o palangreros deben ser Mauritanos. El acuerdo anterior, firmado en 2008, establecía un rango de marineros locales por las dimensiones del barco. Los buques podrán faenar 300.000 toneladas anuales. El acuerdo que ahora caduca establecía un máximo de 250.000 toneladas en la categoría de peces pelágicos (los que no viven en el fondo), aunque permitía aumentar el límite de capturas en 50.000 toneladas más a 40 euros la tonelada. Así, a fin de cuentas, se mantiene prácticamente el mismo nivel de toneladas disponibles para faenar, pero se excluye únicamente a la flota que pesca pulpo.

Bruselas y Mauritania habían celebrado siete rondas de negociaciones para renovar el acuerdo que expiraba el 31 de julio, y las conversaciones fracasaron al no llegar las partes a un consenso sobre la compensación económica a pagar al estado mauritano. El acuerdo vigente desde 2008 ofrece licencias para 110 buques europeos, de los que 60 son españoles -marisqueros, cefalopoderos o atuneros- y de ellos, unos 40 proceden de la región española de Andalucía.

El primer acuerdo entre los países europeos y Mauritania se firmó en 1987. Gran parte de los buques cefalopoderos afectados trabajaban antes en aguas marroquíes, que también tuvieron que abandonar.

La comisaria avisó de su intención de acabar con la pesca de pulpo hace dos semanas

El pasado 6 de julio, y en una respuesta escrita remitida a la eurodiputada Ana Miranda, la comisaria Maria Damanaki dejó claro que tenía la intención de acabar con la flota cefalopodera de Mauritania. “Los cefalópodos se sobreexplotan actualmente y las posibilidades de pesca de esta población en este momento deben reducirse a cero en el nuevo protocolo”, sostuvo, como avanzó este diario. Tras conocer el resultado final de las negociaciones, Miranda ha tildado el acuerdo de “inaceptable”. “Criticamos la irresponsabilidad política tanto del Gobierno central como de la Xunta, que no fueron capaces de garantizar la continuidad de 24 barcos gallegos”, condenó la eurodiputada.

El sector y la oposición lamentan que, pese a conocer las intenciones de Damanaki “con antelación”, no se trabajó a “nivel político” para evitar 400 despidos directos y el amarre de más de una veintena de buques. El Bloque se pregunta dónde estuvieron Alberto Núñez Feijóo y el ministro Miguel Arias Cañete “durante las siete rondas de negociaciones del acuerdo”.

En el comunicado oficial Maria Damanaki se congratuló de haber llegado a un acuerdo “sostenible, ético y a buen precio”. Durante seis meses habrá licencias provisionales para los buques, de modo que los trámites burocráticos no obliguen a la flota europea a abandonar el caladero la semana que viene.