Manuel Alonso (Vigo, 1972) es el nuevo director de Telefónica en Galicia, una comunidad en la que la mayor empresa tecnológica española quiere seguir manteniendo su liderazgo, tanto en telefonía fija como móvil. Alonso, ingeniero de telecomunicaciones, destaca la inversión de más de 65 millones de euros para llevar la banda ancha al rural, en colaboración con la Xunta. Concede a FARO su primera entrevista a un medio en Galicia.

–La caída en el parque de líneas móviles está siendo acusada. 189.037 menos solo en abril. ¿Sigue siendo acertada la estrategia de no financiar móviles?

–La estrategia es indiscutible. España era de los pocos mercados europeos con una subvención tan fuerte al terminal. Eso lo que ha permitido es un despliegue masivo de terminales móviles, sobre todo de terminales de última generación, de smartphones. España es el país de la Unión Europea (UE) con mayor porcentaje de smartphones implantados, lo que ha facilitado el desarrollo de la banda ancha móvil. Pero era un modelo insostenible.

–¿Qué proyectos están abordando ahora en la comunidad?

–El proyecto más emblemático que tenemos ahora es el despliegue de banda ancha rural, a través de la subvención del plan de banda larga de la Xunta, que va a permitir que más de 11.000 núcleos rurales que antes no tenían conexión de banda ancha de alta velocidad, la tengan. Es el mayor despliegue desde el punto de vista inversor, con más de 65 millones de euros, de los cuales la Xunta aporta 15 millones. Al margen, seguimos con nuestros planes de inversión tradicionales, de nuevas centrales para cobertura ADSL.

–El rechazo a las antenas de telefonía móvil, ¿ha provocado que haya más zonas de sombra (sin cobertura) hoy que hace cuatro o cinco años?

–Depende. En ámbitos rurales no porque ahora estamos desplegando donde antes no teníamos. Pero en ámbitos urbanos nos encontramos con un problema serio. Es difícil desplegar nuevos emplazamientos y sí estamos teniendo situaciones en las cuales hay apagados y órdenes de desmontaje de instalaciones. Sí hay zonas que están peor cubiertas ahora que hace cuatro años.

–¿Qué se hace en esos casos?

–La única manera de luchar contra esto es con información, que la gente entienda que no hay ningún dato o estudio que indique que esto es nocivo. Las empresas que nos dedicamos a esto estamos sometidas a unos controles tremendos desde el punto de vista de nuestras instalaciones, y estamos varias veces por debajo de los límites con los que podríamos llegar a emitir.

–¿Qué previsiones de cuota de mercado tienen para Galicia?

–En el negocio móvil el objetivo para este año es recuperar cuota de mercado, lo que nosotros denominados ganancia neta; crecer en líneas móviles y dejar de ser el foco de pérdida de clientes y empezar a captarlos. Pero nuestra estrategia fundamental, tanto para los servicios de móviles y como de fijos, no es tanto una política de captación como de fidelización de nuestra clientela. Somos el primer jugador de Galicia y el problema es que perdemos más de lo que captamos. Lo que buscamos es que nuestros clientes no se quieran ir. De ahí vienen nuestras estrategias de mejora del servicio y atención.

–¿Y en telefonía fija?

–En fijo, en el ámbito urbano tenemos un competidor local que nos lo ha puesto difícil, que es R, con el que yo creo que estamos compitiendo bien ya, de una manera muy interesante. Y en el ámbito rural, como a nadie le interesa invertir en Galicia salvo a nosotros, pues tenemos una cuota de mercado muy importante que debemos preservar.

–¿Hasta dónde llegará la guerra de precios en las tarifas de la telefonía móvil?

–Sinceramente, es difícil preverlo. Estamos en unos niveles de precios que hubieran parecido inasumibles hace algún tiempo. Creo que estamos cerca de tocar suelo. El cambio de estrategia comercial que adoptamos primero nosotros y después Vodafone, y que esperemos secunden el resto de operadores, lo que va a suponer es un desahogo para las finanzas de las compañías. El gasto en terminales era brutal. Eso en cierta forma se traducirá en mejoras de las condiciones de los clientes.

–¿Cree que habrá finalmente una concentración de los operadores del cable en España?

–Es una pregunta interesante que tendríamos que hacérsela a los operadores del cable. Se acerca el momento de que tomen una decisión, en el sentido de que ahora hay cuatro empresas, tres de las cuales tienen un ámbito de operación muy regional, y eso a una compañía que necesita crecer para incrementar los beneficios que les da a sus accionistas o a los fondos de inversión extranjeros que han comprado sus participaciones, no puede limitarse a un mercado en el que ya tienes una cuota elevada. Esa situación se está dando, y el punto de saturación va a marcar los pasos a tomar.

–El grupo ha lanzado su propio sistema de mensajería gratuita (TU ME). ¿Es el fin del SMS?

–Creo que poco a poco este tipo de aplicaciones se van a ir comiendo el mercado de las comunicaciones de mensajería, y los SMS dejarán de ser una fuente de ingresos para el sector.

–¿Cómo serán los teléfonos móviles dentro de cinco años?

–Lo primero que se me viene a la cabeza es un móvil más simple que los actuales desde el punto de vista tecnológico, y por tanto, más barato, pero que va a permitir hacer las mismas cosas o más. Lo que ocurrirá es que las aplicaciones no van a estar en el móvil, sino en la nube. Y por lo tanto, la inteligencia estará también en la nube. Ésa es una de las estrategias que los operadores estamos trabajando con algunos fabricantes de terminales, para poder llevar estos teléfonos a mercados donde no se pueden pagar 500 euros por un smartphone.