La incertidumbre sobre la evolución de la economía de nuestro país han hecho saltar los mercados y han provocado una venta masiva de la deuda. El tamaño de la economía española descarta, a priori, la intervención. Pero el coste que deben asumir las arcas públicas para acceder a los mercados de financiación es cada vez más prohibitivo. Las reformas emprendidas por el Gobierno de Rajoy, especialmente mediante la vía del recorte presupuestario, no han surtido el efecto esperado. La falta de crecimiento y las dudas sobre el sector financiero amenazan seriamente la solvencia española. Con Italia de telón de fondo, el euro tiembla sin llegar a la adolescencia.

Imaginen que, desde 2008, disponen de 1.000 euros al mes para realizar sus gastos personales. Tres cuartas partes proceden de su trabajo y otra de una pequeña ayuda familiar. Réstele 100 euros de impuestos, otros 300 de consumo en alimentación y 400 en letras por la deuda. Pónganse en el caso de que, en 2010, deja de tener la aportación de sus padres o amigos. Los impuestos se llevan 140 euros y la hipoteca le cuesta ya 470 euros cada mes. Esto, de manera muy simplificada, es parte de lo que ha sucedido con las cuentas españolas desde la entrada en recesión económica. Subió el gasto, cayeron los ingresos... y el país se sumió en un torbellino con un imán en lo más hondo.

¿Hasta dónde podría usted endeudarse para poder afrontar sus pagos?

La recesión, que el economista Emilio Ontiveros prevé que sea del 2,3% este año, tiene manos largas. El conjunto de las economías intervenidas hasta la fecha –Grecia, Irlanda y Portugal– tienen una deuda que representa el 6% de la contraída por todos los Estados miembros de la moneda única, según datos de McKinsey. España e Italia, con severos problemas de financiación, son palabras mayores. Su deuda supera el 20% de la eurozona.

¿Qué es una intervención?

Un país solicita la intervención cuando no puede hacer frente a sus obligaciones económicas. Éstas pueden ser vencimientos de deuda –la devolución de préstamos– o incluso el pago de sus funcionarios o pensionistas. Por regla

general, una intervención hace referencia a una acción gubernamental que interfiere en el devenir de la economía. Si se produjera una intervención de España serían otros y no el Gobierno de Mariano Rajoy quien tomaría las riendas.

La Unión Europea, por ejemplo, podría exigir la subida de impuestos, la reducción de las cotizaciones sociales o la privatización de servicios públicos. Cualquier medida que cuadrara las cuentas entre ingresos y gastos a cambio de una inyección de dinero para hacer funcionar el engranaje, aún a costa de hachazos presupuestarios.

¿Se puede rescatar a España?

El consenso de expertos concluye que no es posible. El problema es el tamaño de nuestra economía respecto al conjunto de la eurozona y la Unión Europea. Grecia, pese a todos los conflictos que ha generado, no tiene apenas peso en el Producto Interior Bruto (PIB) europeo, muy por debajo del 10%.Con todo recibió un rescate por más de 100.000 millones de euros, dos veces el PIB de Galicia.

La inyección equivale a diez años del beneficio que tuvo Telefónica en 2010,dos veces el valor en Bolsa de Inditex, cuatro veces el gasto anual de España en prestaciones por desempleo. El PIB de Grecia no llega a los 250.000 millones de euros. El de España supera el billón.

¿Cuál es la salida?

Son tres los países que han sido rescatados hasta la fecha. No obstante el Banco Central Europeo (BCE), como opina Daniel Lacalle, ha estado efectuando sucesivos y pequeños rescates a España e Italia. ¿Cómo? Mediante la compra de su deuda. Todos los países emiten deuda en forma de obligaciones o bonos, por ejemplo. En teoría la deuda debería equilibrarse al máximo con las posibilidades de cada país para devolverla en tiempo y forma. Pero la expansión económica y la posterior crisis han alterado esta ecuación.

La deuda tiene una nota, que son las que otorgan las agencias de calificación. Éstas, usando datos económicos de cada país, evalúa la calidad de la deuda. Básicamente,como explican fuentes financieras,"si lo podrán devolver o no". Cuanto peor es la radiografía de una economía peor nota tiene su deuda. Si ésta última se degrada, las emisiones de deuda serán más y más caras cada vez.

¿Qué es la crisis de deuda?

La administración pública española tiene una deuda de 734.961 millones de euros, según los datos del Banco de España. Equivale al 68,5% del PIB,"según los datos oficiales",puntualiza Carmel, una prestigiosa asesora internacional. "Ascendería al 90% con las comunidades autónomas y otros organismos", matiza. Al margen de esta consideración, lo cierto es que España tiene que refinanciar este año más de 186.000 millones de euros. Y cada vez es más cara.

La crisis de deuda se produce una vez un país no es capaz de afrontar los intereses que los inversores o acreedores –conocidos como los mercados– piden por su deuda. Hay un punto,que los expertos consultados sitúan en el 9%,cuando el coste por la deuda es insostenible. o es un problema único de España, por eso la crisis de deuda tiene dimensiones internacionales.

Los primeros en caer

El coste de la deuda.

Según la ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE), España gastará 28.876 millones de euros en hace frente al coste de la deuda. Hay dos conceptos básicos para comprender qué es el coste por la deuda. El primero es la prima de riesgo,que es la penalización que los inversores imponen a España en intereses. Se usa de patrón la deuda más fiable, que es la Alemana.A partir de ahí se suma un porcentaje en función de la demanda y las exigencias de todos los fondos que pueden estar interesados en adquirir deuda. Ese sobrecoste respecto a Alemania se conoce como prima de riesgo.

El Gobierno griego no busca financiación en el exterior: no podría pagarlo. El economista Xavier Vence cree que el BCE debería poder comprar deuda, pero lo tiene prohibido. Sólo así, cree, se pondría coto a la especulación que apuesta porque nos sea más caro emitir deuda y, por tanto, más rentable para otros.

Los credit default swaps (CDS)

Son seguros contra impago. Un escudo protector que los Estados o empresas que emiten deuda deben abonar. Funciona de manera similar a los seguros de coches, por ejemplo. Un conductor temerario –si es que es asegurado– ve elevarse el coste de su aseguradora. Lo mismo sucede con las emisiones de deuda soberana.

Un torniquete

España es el quinto país del mundo con la prima de riesgo más elevada, sólo por detrás de Grecia, Portugal, Hungría y la India. El 27 de octubre de 2005, según los datos facilitados por el portal Bloomberg, la prima de riesgo española era negativa, de menos 2,4 puntos básicos. Una inversión refugio, un lugar estable en el que invertir...

Esta era la consideración que tenía en ese momento la deuda española. El valor más elevado registrado hasta ahoratuvo lugar el 17 de noviembre pasado, cuando alcanzó los 459 puntos básicos.

¿En qué situación está España?

La economía española está en una situación muy debilitada. Las reformas anunciadas, que atacan tanto la partida de gasto (recortes) como de ingreso (subidas de impuestos), no han servido para calmar a los acreedores. Aunque con pérdidas, los tenedores de deuda española la venden en el mercado por su valor, que decrece cada día.

Los economistas clasificados como keynesianos prefieren que haya una apuesta por el crecimiento aunque ésta implique una reducción del déficit menos acelerada y, a corto plazo, más deuda. Otros demandan desapalancamiento, que es la reducción progresva de la deuda contraída. Por esta segunda es por la que se ha decantado mayoritariamente Europa. No sorprende que Alemania sea el mayor acreedor.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

Durante los años de expansión la economía española usó la deuda para financiar su crecimiento, mayoritariamente. Esto se aprecia en el déficit por cuenta corriente, diferencia entre nuestras compras y ventas en el exterior. Este indicador llegó a superar los 120.000 millones de euros.

El apalancamiento fue un recurso de la administración pública, las empresas privadas y las familias. El exceso de liquidez, que corría a borbotones en subastas y oficinas bancarias, empujó a la economía a una deuda que ahora hay que pagar. España fue el país en el que más creció el crédito en el periodo 2000-2008, un 7,4% por ejercicio.

De acuerdo con las estimaciones de Stephen Cecchetti, la deuda total española supera el 355% del Producto Interior Bruto (PIB). Nuestro país tendría que trabajar durante más tres años y destinar todo el fruto de su actividad económica a pagar lo que se ha pedido al exterior.