Los sindicatos han situado en torno a un 90% el seguimiento de la huelga en el pequeño comercio y grandes superficies comerciales, un dato que contrasta con el aportado por la Federación Gallega de Comercio que habla de un seguimiento "desigual" y que atribuye el cierre de establecimientos a la "presión" de los piquetes.

Así, en un comunicado, afirma que "la voluntad del comercio gallego ha sido abrir" y que se aprecia una "incidencia desigual" entre los comercios situados en el centro de las

ciudades, respecto a los ubicados en la periferia y localidades más pequeñas.

En concreto, achaca el cierre de establecimientos en el centro de las ciudades "a la presión ejercida por los sindicatos convocantes tanto en los días previos a la huelga como en la hora de apertura" y añade que esto ha disuadido de abrir "ante el miedo a represalias que pudieran causar un perjuicio material y económico a los establecimientos".

No obstante, afirma que "muchos han estado trabajando dentro de los establecimientos o han abierto y cerrado al paso de los piquetes". Así, afirma que esta situación se ha dado en todas las ciudades gallegas.

En el caso de Lugo, señala que, salvo la plaza de Abastos, todos los comercios ubicados en el interior de las Murallas han estado cerrados, al tiempo que denuncia la colocación de pegatinas en escaparates y silicona en algunas cerraduras.

En localidades como Viveiro (Lugo) afirma que los comercios abrieron, pero "tuvieron que cerrar hasta la hora de la manifestación", mientras que otros municipios como Ribadeo "los supermercados fueron obligados a cerrar a primera hora".

En otros municipios como Verín (Ourense), los comerciantes llegaron a un acuerdo para cerrar por la mañana y abrir por la tarde. La Federación Gallega de Comercio añade que en otras localidades ourensanas como O Barco y O Carballiño "abrió todo y sin incidentes".

En ciudades como Pontevedra, sitúa la apertura de establecimientos en un 80% y añade que durante la noche la Policía actúo "para evitar la colocación de silicona y otros daños". En otras localidades pontevedresas, tilda la situación de "normalidad absoluta".