Los armadores gallegos mostraron ayer su preocupación por la negativa de la comisaria de Pesca, María Damanki, de mantener las ayudas al desguace más allá de 2013, lo que pondría en jaque la reconversión de la flota y su propio futuro.

Los armadores gallegos consideran que la medida ha sido muy eficaz hasta el momento "porque sirvió para regular la capacidad pesquera". Pero si la propuesta de la Comisión Europea prospera, España podría perder 412 millones de euros anuales.

"La Comisión Europea asegura que hay exceso de capacidad, pero no dice ni dónde ni cuándo", afirma el director gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, José Antonio Suárez Llanos.

Llanos asegura que Bruselas insiste en "que hay que reestructurar pero ahora nos dicen que lo hagamos solos, sin ayudas".

Damanaki intenta que las concesiones de pesca se hagan directamente a las empresas y a las organizaciones de productores para que ellos mismos se reestructuren en demanda de los mercados. "Los armadores queremos que las cuotas dependan de cada Estado como hasta ahora y lo lógico es que se puedan comprar derechos de pesca en otros países comunitarios", afirma Suárez LLanos.

Damanaki se niega a mantener las ayudas al desguace más allá de 2013, en contra de lo que defienden varios de los principales países pesqueros de la UE, como España, Francia e Irlanda. La comisaria de Pesca advirtió de que "los recursos son limitados" y que su intención es primar otras medidas antes que apoyos a la modernización y desguace de buques que, dijo, demostraron ser un fracaso para reducir la sobrecapacidad de la flota europea.

A juicio de Damanaki, el nuevo fondo de 6.500 millones de euros para el periodo 2014-2020 deberá centrarse en otro tipo de acciones para favorecer la adaptación de la flota a la nueva política pesquera y que deberán orientarse hacia, por ejemplo, el desarrollo de artes más selectivas, la mejora del papel de las organizaciones productoras y el incentivar la acuicultura.

La comisaria ha criticado también que los subsidios para la modernización han tenido como consecuencia la incorporación de buques con motores más potentes a la flota comunitaria, con lo que se ha ido en contra del objetivo principal de corregir el exceso de pesca sobre muchas especies.

En este sentido, Damanaki ha dado un toque de atención a los Estados miembros que, como España, argumentan que las medidas para la modernización y el desguace sí han tenido el efecto buscado, y les ha emplazado a entregar de aquí a finales de año informes detallados que acrediten el supuesto éxito.

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, por su parte, aseguró que seguirá luchando para que se mantengan las ayudas a paradas temporales o definitivas y, en caso de avanzar hacia su eliminación, que sea de forma progresiva "durante un largo periodo de tiempo".

La CE acepta buscar salidas a medida de cada pesquería contra los descartes

Damanaki se mostró ayer dispuesta a estudiar "soluciones a medida" de cada pesquería para combatir los descartes –capturas accidentales que son devueltas al mar ya muertas–, con lo que aceptó una de las principales reclamaciones del sector pesquero y de varios países, entre ellos España. Sin embargo, aclaró que esa flexibilidad estará sujeta a "calendarios y objetivos claros". "Creo que hay consenso para soluciones a medida para cada pesquería. Acojo con agrado este enfoque y me parece que esta será la nueva base para nuestros trabajos comunes con los que encontrar una solución para cada pesquería", dijo en su intervención final tras un debate de dos horas con los ministros de Pesca de la Unión Europea.

La mayoría de estados miembros apoyó a la comisaria en que la práctica de los descartes debe ser combatida, pero también advirtió de que existen situaciones muy diversas en función de las pesquerías, las artes y los caladeros, entre otros factores, que deben tenerse en cuenta.

Los países apoyan prohibir que las aletas y el cuerpo de los tiburones se separen

Los Veintisiete apoyaron ayer la propuesta de la comisaria de Pesca, Maria Damanaki, de endurecer las medidas contra el finning –la práctica de cortar las aletas de tiburón y devolver el cuerpo al mar– al aceptar que se obligue a los buques a desembarcar el animal entero, sin las aletas amputadas.

El cercenamiento de las aletas de tiburón está prohibido en la UE desde 2003, pero con salvaguardas para autorizarlo en "circunstancias excepcionales y bajo determinadas condiciones", para que puedan desembarcar las aletas y el cuerpo en puertos diferentes. Los cambios que promueve Bruselas y que apoyan los estados pondrían fin a estas excepciones. Tras pronunciarse el Consejo de Ministros, la Eurocámara deberá votar sobre las nuevas normas antes de que la cuestión vuelva a los Veintisiete para su respaldo formal y entrada en vigor.