Eslovaquia ha frenado por ahora la entrada en vigor del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) al no alcanzar la coalición de centro derecha la necesaria mayoría en el Parlamento de Bratislava, lo que derrumbó el ejecutivo de la primera ministra, Iveta Radicova.

La jefa de Gobierno había vinculado la crucial votación sobe el fondo de rescate con una moción de censura para su Gobierno, en el que el partido liberal SAS se negó respaldar el FEEF.

Eslovaquia era el último país de la eurozona que quedaba por ratificar el mecanismo de rescate, tal como fue aprobado por el Consejo europeo del pasado 21 de julio, y con el que se pretende salvar la divisa comunitaria.

Sólo 55 miembros de la coalición gubernamental apoyaron el fondo de rescate, para el que hacían falta 76 votos (sobre un total de 150 escaños del Consejo Nacional).

Faltaron los 22 votos de la formación liberal Libertad y Solidaridad (SaS), que desde hace meses avisó que no apoyaría ni la ampliación del FEEF a 700.000 millones de euros, ni su carácter permanente a partir de 2013.

"Hemos salvado 200.000 millones de euros que irían a la salvación de los bancos privados", señaló después de la votación el líder de SaS, Richard Sulik.

"La ampliación del mecanismo era para salvar los bancos y sus beneficios, y para esto no teníamos mandato", agregó el líder liberal, actual presidente del Parlamento.

Por su parte, Radicova acusó a sus ex socios liberales de "censurar el ejecutivo".

"¿Es que acaso los otros 16 gobiernos y parlamentos son idiotas?", se preguntó en referencia al respaldo unánime del resto de la zona euro al FEEF.

A pesar del rechazo de hoy, no todo está pedido para el Fondo de rescate, ya que la Constitución eslovaca abre la vía para una segunda votación sobre este mismo tema al tratarse de un Tratado Internacional.

Y en esta segunda votación, un respaldo para la ampliación del FEEF parece probable porque los opositores socialdemócratas han señalado que en caso de un derrumbe del Gobierno votarían a favor.

No obstante, el líder socialdemócrata, el ex primer ministro Robert Fico, dijo tras la votación de hoy que en este momento no está clara la salida de esta crisis institucional, que "dependerá de las propuestas del gobierno saliente".

Radicova hizo un llamamiento a los cuatro partidos de su coalición "a que se dirijan a los socialdemócratas para que negocien la aprobación del fondo".

Mientras, el presidente de la comisión jurídico-constitucional del Parlamento, Radoslav Prochazka, se mostró convencido de que habrá una nueva votación.

"Claro que habrá una nueva votación en los próximos días. Es algo en lo que estamos de acuerdo", dijo el dirigente del hasta ahora gubernamental Movimiento Democristiano.

En cuanto a la política local, las alternativas que ahora se barajan son las de un nuevo gobierno con el apoyo puntual de socialdemócratas y liberales, o elecciones anticipadas.

De aprobarse la ampliación del FEEF, supondría que este pequeño país ex comunista deberá participar con 7.720 millones de euros, cuando antes garantizaba hasta un máximo de 4.370 millones de euro, en un país con un PIB de apenas 65.586 millones de euros en 2010.

Parte de esa participación financiera lo constituye el desembolso en metálico de 659 millones de euros durante dos años, lo que equivale al 1 por ciento de su PIB.

Francia espera un segundo voto positivo

Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, ha reconocido que la falta de acuerdo del Parlamento eslovaco sobre el fondo de rescate de la zona euro "no es una buena noticia", pero se mostró esperanzado de que el Gobierno sepa reconducir la situación y que haya un segundo voto positivo.

"Esperamos ardientemente que ese segundo voto sea positivo", subrayó Juppé en una entrevista a la emisora de radio "France Info".

Preguntado sobre la necesidad de reformar los tratados europeos a la vista del obstáculo que plantea el Parlamento eslovaco, el jefe de la diplomacia francesa respondió que "sin duda habrá que mejorar la gobernanza de la zona euro" y recordó que es algo que anunciaron el pasado domingo en Berlín el jefe del Estado de Francia, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel.

"Hay que trabajar para mejorar la toma de decisiones", comentó sin querer entrar en el detalle, y en particular en la supresión de la regla de la unanimidad.