El sector del marisqueo a flote de la ría de Vigo regresó ayer al trabajo y dio comienzo a su campaña de invierno. Los marineros llevaban 15 días parados, tras el paro en los bancos marisqueros propios del verano. En el primer día de actividad el pesimismo se reflejaba en la cara de los mariscadores que regresaban a los muelles de Cangas y Samertolaméu. Pero los peores augurios se confirmaron en la lonja de Vigo, cuando llegó el momento de las ventas. No en vano, la escasez de demanda debido a la contracción del consumo provocada por la crisis hizo que los precios se desplomasen. Ayer las partidas de almeja babosa se pagaron a un máximo de 12,50 euros el kilo y a un mínimo de 8 euros. Estas cifras reflejan un fuerte descenso en los precios con respecto a los registrados en la misma jornada de 2010 y 2009. Por entonces los compradores llegaron a pagar más de 16 euros por kilo de almeja babosa, con un mínimo superior a los 10 euros. Este bajón fue menos pronunciado en el caso de la almeja rubia. Ayer se pagaba entre 6,70 y 6,50. En años anteriores su precio no bajaba de los 7 euros y podía alcanzar los 9 por kilo.

La cuota permitida por la Consellería es de 8 kilos de babosa y 16 de rubia, aunque las cantidades pueden equilibrarse. "Case todos os traballadores colleron o permitido, pero con estes prezos a media son uns beneficios de 50 euros despois de toda a mañá traballando", explica el responsable del sector de marisqueo a flote en Cangas, Manuel Bouzón.

En total partieron del muelle de Cangas unos 33 barcos con unos 70 mariscadores. En esta cofradía se capturaron 230 kilos de almeja babosa y 100 kilos de almeja rubia. De Moaña partieron más de 48 barcos, que capturaron un total de 357 kilos de babosa y 201 de rubia. También cogieron especies acompañantes como carneiro o almeja fina.

Los bancos abiertos son los de Tirán, una zona de Cangas, Liméns, Barra, Cíes, Baiona y Canido. Aunque los morracenses se decantaron por los de Tirán, Barra y Canido por tener más producto. Así permitieron un mayor desarrollo de las otras zonas.

En Tirán se concentraron la mayoría de embarcaciones, que constataron la falta de producto. Algunos trabajadores incluso no lograron alcanzar el tope máximo pese a trabajar unas 5 horas.

Uno de los trabajadores que partió ayer del muelle de Cangas, David Fervenza, aseguró a su llegada que tardó mucho más de lo previsto en coger la cuota que le correspondía a las tres personas que faenan con él en el mismo barco. Aunque señaló que todavía es pronto para hacer una valoración de cómo irá la campaña de invierno, "la cosa pinta mal", aseguró. Más negativo se mostró el secretario de la cofradía de Moaña, Luis Sequeiros.