La crisis de la deuda no da tregua a Europa y los mercados se cebaron ayer especialmente con España e Italia, cuyas primas de riesgo alcanzaron nuevos máximos encendiendo todas las alarmas en la eurozona pese a los intentos de desactivarlas por parte de la Comisión Europea.

Ni el segundo plan de rescate para Grecia, acordado hace casi dos semanas por los jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro, ni el acuerdo alcanzado en EEUU para elevar el techo de la deuda y evitar así la suspensión de pagos de la primera potencia económica, ni tampoco las medidas de ajustes adoptadas por España e Italia han podido evitar el acoso de los mercados sobre esos dos países.

Las dudas sobre la solvencia de España e Italia alcanzaron nuevos máximos y llevaron a la prima de riesgo española -el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo- a situarse en los 403 puntos básicos, de manera que el rendimiento que tiene que ofrecer el título español para que los inversores lo compren en lugar del germano subía a 6,440 %.

La moderación de la prima a 387 puntos básicos al final de la sesión no impidió que la bolsa española registrara un nuevo mínimo anual tras caer hasta 9.100 puntos, cota desconocida desde julio de 2010.

Los problemas en los mercados de deuda y acciones estuvieron presentes desde el comienzo de esta sesión, en la que la bolsa española perdió el 2,18 por ciento, la séptima mayor caída del año.

La prima de riesgo de Italia marcó asimismo un nuevo récord al llegar a los 384 puntos, con la rentabilidad por encima del 6 %, mientras que en el resto de los países periféricos de la zona euro se registraba igualmente un panorama de subidas generalizadas.

Varios analistas consideran que el nivel crítico para socorrer a un país se alcanza cuando la prima de riesgo supera la barrera de los 400 puntos y la rentabilidad llega al 7 %, situación que experimentaron los países rescatados (Grecia, Portugal e Irlanda).

Llamada a la calma

La Comisión Europea (CE) intentó calmar a los mercados al asegurar que confía plenamente en las medidas de ajuste que están tomando España e Italia y descartar la posibilidad de un rescate.

"La cuestión de un plan de rescate ciertamente no está sobre la mesa; no ha sido discutido", afirmó la portavoz comunitaria de Mercado Interior y Servicios, Chantal Hughes, quien señaló que lo mismo se aplica a Italia.

"Ambos (países) están tomando las medidas necesarias para que sus economías vuelvan a la senda adecuada y todas las medidas necesarias hacia la consolidación fiscal", indicó.

Ante las dudas de los inversores y el acoso de los especuladores, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, retrasó el comienzo de sus vacaciones estivales.

Zapatero, que habló con al presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, está en permanente contacto con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y su equipo económico mantiene conversaciones con los de Francia, Italia y Alemania.

El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, dijo que España "no está en absoluto" en una situación que requiera un rescate.

En Roma, el ministro italiano de Economía, Giulio Tremonti, convocó una reunión de las autoridades financieras y reguladores del país y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, informará mañana a la Cámara de los Diputados y el Senado de la situación económica, tras varios días de silencio.

La CE también descartó un rescate de Chipre, después de que el mayor banco chipriota, el Bank of Cyprus, alentara los rumores de que pueda ser el cuarto país en solicitar auxilio al afirmar que existe el "riesgo inminente" de que Chipre tenga que ser amparada por los mecanismos de ayuda de la Unión Europea.

Según los analistas, la crisis de la deuda europea sigue su curso ante la publicación de indicadores macroeconómicos negativos en varias partes del mundo, las dudas persistentes sobre el segundo rescate a Grecia y el acuerdo en EEUU para elevar el techo de la deuda que aparentemente no acaba de convencer a los mercados.

La CE aseguró que sus técnicos están trabajando durante el verano en el nuevo plan de rescate a

Grecia. También ha tenido lugar una conferencia telefónica de la zona euro para avanzar en el programa, valorado en casi 160.000 millones de euros.