José Luis Campos Novo asumió la semana pasada la presidencia de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Pontevedra (Apec) en sustitución de Ángel Fernández Presas, que estuvo al frente de esta patronal durante los últimos dieciséis años. Campos se enfrenta a un futuro todavía incierto, después de atravesar el momento más duro de la crisis en el que desaparecieron 75 de las 300 empresas que integraban esta organización.

–¿No es fácil coger las riendas de un sector en las actuales circunstancias?

–Es uno de los peores momentos para la construcción en Galicia. No recuerdo una situación igual a lo largo de mi trayectoria, ni lo recuerdan otros empresarios que llevan en el sector muchos más años que yo. Pero lo peor es que no vislumbramos una rápida recuperación. Este año no va a ser posible y tampoco antes del segundo semestre de 2012.

–¿Qué van a hacer las 225 empresas constructoras que sobrevivieron a la crisis para poder seguir adelante?

–La construcción en Galicia en estos momentos está muerta, estamos decididos a salir al exterior, ya hemos entablado negociaciones con promotores en México y mantenido conversaciones aquí con empresarios brasileños con resultados muy interesantes. En el mes de octubre más de veinte constructoras pontevedresas nos iremos a Brasil para cerrar acuerdos. Han sido los promotores brasileños los que nos han venido a buscar porque conocen la capacidad de nuestras empresas en el ámbito de la construcción residencial y las infraestructuras.

–¿Tienen las empresas pontevedresas capacidad para acometer grandes proyectos en un país tan lejano?

–Brasil es un mercado emergente con posibilidades infinitas, en el que hay muchísima necesidad de obra. El problema que se nos plantea es si tienen capacidad nuestras empresas para acometer las obras que se nos plantean.

–¿Cómo se puede resolver ese problema?

–Estamos pensado en la constitución de uniones temporales con empresas brasileñas, ya que es la solución más rápida para que podamos comenzar a trabajar de inmediato.

–¿Qué tipos de trabajo realizarán en Brasil?

–Se nos ha planteado participar en la construcción de las infraestructuras del Mundial de Fútbol de Brasil (2014) y de los Juegos Olímpicos (2016). El 90% de las obras para estos dos eventos están sin hacer, tanto redes viarias como estadios, hoteles o residencias. El Estado brasileño ya adjudicó reformas en catorce aeropuertos del país por 14 millones de dólares. Esta es la salida que estas veinte empresas pontevedresas están viendo como su gran oportunidad para remontar la crisis. Algunas de nuestras empresas de cierta entidad no solo irán allí a abrir mercado, sino que montarán delegaciones estables.

–Entonces, ¿queda muy poco campo de trabajo en la provincia de Pontevedra?

–En estos últimos cuatro años han desaparecido el 25% de las empresas de construcción y el número de parados del sector creció algo más de ese porcentaje. Esto indica que no hay trabajo.

–¿Provocó la crisis una limpieza de empresas en el sector de la construcción?

–Eso es cierto. Este sector lo que demostró es que es muy flexible y en uno de los momentos en los que se necesitaba más construcción residencial unas empresas aumentaron de tamaño y se crearon otras nuevas. Fueron estas últimas las que más pagaron la crisis porque la mayoría desaparecieron.

–¿El stock de viviendas en Galicia bloquea nuevas promociones?

–Tenemos un stock de 30.000 viviendas y existen más del doble en proyectos que ahora duermen en los cajones. Los esfuerzos por comercializar esas viviendas fuera de la comunidad no dieron los resultados esperados, todo tiene un límite.

–¿Complican aún más las cosas la falta de concesión de créditos a los clientes?

–Esta actitud de las entidades financieras está bloqueando a todo el sector en cadena. Al comprador, al promotor y a los constructores.

–¿Entonces nos les queda más remedio que esperar que el crédito vuelva a fluir, hasta entonces estarán con los brazos cruzados?

–Las entidades financieras no dan facilidades en ninguna de las líneas. Creo que en estos momentos se está olvidando que hasta un 32% del presupuesto de muchos grandes y pequeños ayuntamientos provenía de la construcción. Y ahora os entes locales y autonómicos están sufriendo también este parón.

–¿Están mejor las empresas que se dedican a la obra pública?

–Se ha producido un gran recorte por la regulación del déficit y la limitación de la capacidad de endeudamiento de las administraciones que han dejado la obra pública en mínimos desconocidos. Los recortes que aplicará la administración gallega para el próximo año van a ser muy fuertes.

–¿Cuentan con las empresas gallegas las grandes constructoras que se adjudican los grandes proyectos como el del AVE?

–Las grandes empresas nacionales son las que se adjudican los concursos de infraestructuras más importantes. A nosotros no nos queda más remedio que ser subcontratistas, pero tampoco esto.

–¿Por qué?

–Empresas portuguesas han entrado en Galicia realizando una competencia desleal. Pagan a los trabajadores lo que les pagan en su país, que es mucho menos de lo que los empresarios gallegos pagaron. Nadie realizó inspecciones para saber el salario que cobran los trabajadores lusos, ya que tienen que estar equiparados a los sueldos que se pagan la zona donde se trabaja. Las empresas portuguesas aplican en Galicia las mismas cargas fiscales y laborales que en su país, que son muy inferiores.

–¿Y cómo les afecta la morosidad?

–Ése es otro caballo de batalla. Las administraciones públicas siguen incumpliendo la legislación que marca los plazos de los pagos de las obras.