A la vista del "desinterés" mostrado por la Xunta de Galicia y, en contraposición, ante "la mejor de las disposiciones y todas las facilidades y ayudas" ofrecidas por el Gobierno portugués, las plataformas experimentales diseñadas por el empresario vigués Juan Luis Folgar para demostrar la viabilidad del cultivo de percebe acabarán instalándose en aguas de Portugal.

Así lo avanzó a este diario Folgar, quien señaló que tras reunirse con miembros del gobierno luso –en concreto cita al director general de Pesca, Jose Apolinario– y comprobar "gran receptividad" hacia su proyecto llegó a un acuerdo con las autoridades del país vecino y a finales de este mismo año o a comienzos del próximo comenzará la instalación de las perceberas en aguas de Vila do Conde, en un área sin concretar pero que por sus condiciones se adapta a las necesidades de un cultivo que precisa, sobre todo, de batientes, oxigenación, además de aguas limpias y ricas en nutrientes.

"A mí me enseñaron que en esta vida hay que ser agradecido y como en mi tierra, que es donde quería desarrollar este proyecto, no hicieron ni caso lo vamos a poner en marcha en Portugal y claro que es una decisión que tomo como castigo a Galicia", explica Folgar, quien critica que ni siquiera fuera recibido en la Consellería do Mar pese a contar con la colaboración de una diputada popular por Ourense para tramitar la entrevista en la que plantear su proyecto, afirma.

Ahora, tras su acuerdo con el gobierno luso, Folgar asegura que ya ultima su estrategia para la instalación experimental, de forma que a final de este año o comienzos del próximo puedan estar ya en el mar las perceberas, cuyos prototipos –en adaptación ahora para permitir también el aprovechamiento energético– serán construidas en la Universidad de Vigo "en atención a la excelente atención del director del Campus del Mar, Emilio Fernández".

Así, según sus previsiones, en aguas portuguesas se instalarán sesenta bateas, que completarán el ciclo de cría, engorde y reproducción del preciado crustáceo. Folgar asegura que su única guía en este proyecto es "imitar los ciclos naturales para proteger los recursos de un medio del que solo sacamos pero al que no aportamos nada".

En paralelo, el inquieto empresario tiene en marcha otro proyecto, que no es otro que producir un sucedáneo del percebe. Sin querer ofrecer muchos detalles, avanza que se trata de imitar tanto la forma como el sabor del percebe. "La uña será de plástico duro pero maleable que permita el consumo con solo un pequeño calentamiento, mientras que la carne será un derivado del percebe natural que ofrezca su misma fibrosidad y densidad y el tronco se fabricará con fibra textil de nylon", afirma.