La lonja de Vigo, la que mayor volumen de pescado fresco comercializa tanto en Galicia como en España, es un buen ejemplo. Y es que en los últimos días, justo cuando comienza el mes que marca la "temporada alta" en la demanda de sardina, las entradas de esta especie para la subasta no pasan de unas decenas de cajas y, con precios discretos y similares a los del año pasado, es decir, a unos 0,8 euros por kilo.

"La verdad es que no entra sardina y ya hace unos años que no se recuerda un mes de junio con tanta escasez de sardina, aunque esperemos que empiece a venir en los próximos días, porque están cerca San Antonio y San Juan, que es cuando hay más demanda", explica Fernando Fernández Ibáñez, presidente de la Asociación de Vendedores del Puerto de Vigo, quien espera que a medida que se aproximen ambas fechas los precios también se recuperen.

La escasez de sardina en Vigo no hace más que constatar un fenómeno que es común al resto de las lonjas gallegas y es que las ventas registradas en la rulas de la comunidad este año –entre el 1 de enero y ayer mismo– muestran los peores datos desde 2003. Así se desprende de los datos que figuran en el portal Plataforma Tecnolóxica da Pesca (pescadegalicia.com), de la Consellería do Mar.

Así, este año las ventas de sardina en las lonjas desde enero suman poco más de 2.364 toneladas, la cifra más baja desde 2003, cuando no se superaron las 1.205 toneladas. Desde aquel mal año para la captura de sardina, las estadísticas oficiales marcan continuos y llamativos ascensos y, de hecho, las ventas contabilizadas entre enero y junio de cinco años, en 2006, casi multiplicaban por tres las del presente ejercicio. Valores igualmente altos, incluso hasta más que duplicar y casi triplicar las de este año, se contabilizaron en 2004, 2005 y 2006. Este último fue el que marcó el tope de la última década, con ventas superiores a las 6.000 toneladas. Desde ese momento las ventas registradas en las lonjas gallegas no dejaron de bajar aunque hasta este año siempre se situaron muy por encima de las 3.000 toneladas en los primeros cinco meses del año.

Desde el propio sector se apuntan varias razones como causas del descenso de capturas que este año se ha presentado de forma más aguda. Algunas de ellas son biológicas y relacionadas con las singularidades de la especie. Así, para comentar los misterios del mar, tantas veces sin explicación para algunos fenómenos y los movimientos de las especies que lo habitan, se recuerda la casi completa desaparición de la sardina de Galicia hace ya medio siglo por dos o tres años. También se apuntan circunstancias para la situación de este año como la prevalencia de vientos del norte.

Sin embargo, al margen de tales "especulaciones" ambientales, desde la propia flota se indica como posible razón de la baja de las ventas en las lonjas este año, la reducción del esfuerzo pesquero practicado sobre esta especie por el traslado de la mayor parte de la flota de cerqueros de mayor porte al litoral Cantábrico para dedicarse a la captura del anchoa.

Es lo que sostiene Benito González, presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores. González asegura que "el 90% de la flota anda al bocarte y, claro, dejan de pescar sardina y se nota". Este año, el segundo en que está abierta esta pesquería del Cantábrico –el año pasado se abrió de forma casi simbólica, tras un cierre de cinco años–, casi 70 cerqueros gallegos se dedican a esta pesca, lo que evita la presión sobre la sardina, una especie que justo este mes alcanza su mayor calidad y demanda en el mercado.

De hecho, por tales motivos, algunos de los grandes cerqueros gallegos ya iniciaron esta semana la vuelta a los caladeros gallegos para la captura de sardina, una situación que continuará también la semana que viene.

Este mes se cumple un año desde la "Operación Abuelo" contra el uso de dinamita, que dio lugar a detenciones de pescadores en las Rías Baixas, que desde la Federación de Confrarías se confía en que haya contribuido a "erradicar" tal práctica. Benito González señala que este año no se han producido denuncias ni indicios ni quejas en tal sentido por lo que espera que "todo eso ya se haya acabado".