La flota gallega considera una burla que la comisaria de Pesca de la Unión Europea, María Damanaki, hubiese propuesto que los pescadores en paro capturen los envases y bolsas de plástico que contaminan los mares –como si de pesca se tratase– a cambio de una compensación económica.

La indignación de los pescadores gallegos aumenta al considerar que esta medida trata de compensar la "decisión arbitraria" de prohibir las capturas de merluza, lirio y caballa, especies básicas y rentables para mantener a los barcos en actividad y, por lo tanto, no tener la necesidad de enviar a los tripulantes al paro. A partir de la pasada medianoche quedó cerrada la pesquería de la merluza que afecta a 800 barcos, mientras que la del lirio se cerrará mañana, miércoles.

"Esto es una broma sin precedentes. No nos dejan capturar tampoco caballa, especie que abunda en nuestras aguas, y autorizan a Noruega a invadir nuestro mercado sin aranceles con este pescado", señala Julio Alonso, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Vigo.

Alonso cree que detrás de esta operación de maquillaje con tintes ecologista se esconde la verdadera intención de Bruselas de darle la última puntilla a la flota pesquera gallega. "Lo que pretenden es que amarre toda la flota, que nos quedemos sin trabajo. Y en el caso de los armadores de litoral esto es mucho más grave porque somos autónomos y no tenemos paro", se queja el patrón mayor.

Este profesional del mar que conoce la ría de Vigo como la palma de su mano desde que era muy joven denuncia que la comisaria de Pesca de la UE está cerrando toda posibilidad de que la flota sea viable y condenarla a su desaparición.

"Aquí en la ría de Vigo se encontramos una bolsa de plástico cada cinco millas y nosotros ya las recogemos sin que nadie nos tenga que decir nada. Así que proponer esto es una chorrada pensada para otros mares", avisa Julio Alonso.

De hecho, Julio Alonso fue uno de los primeros profesionales del mar que con su pequeña embarcación hizo frente al chapapote del Prestige, en un momento crítico para la salud medioambiental de la ría. Y afirma que Bruselas plantee ahora la recogida de los plásticos cuando no nos dejan pescar es que nos consideran "unos discapacitados mentales".

Señala que los "burócratas" de la UE, que toman las decisiones a miles de kilómetros sin saber lo que es un barco ni el mundo de la pesca. "Nos fríen a inspecciones, nos obligan a llevar a bordo cajas negras y a gastarnos lo que no tenemos en artefactos de dudosa eficacia. Ya está bien, lo que queremos los pescadores gallegos es que nos dejen pescar. Non damos máis de nós", exclama con furia contenida Julio Alonso.

También los armadores de altura ven inviable la medida propuesta por María Damanaki. "El planteamiento literal no es correcto, ya que es imposible dedicar a un barco a recoger plásticos porque el coste de explotación superaría con mucho los supuestos ingresos de los que habla la comisaria de Pesca", señala José Ramón Fuertes, director gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo.

Según Fuertes, lo que no puede hacer Bruselas es decirnos que "si no pueden pescar póngase a recoger residuos. Esto es una labor que en ningún caso la vemos como alternativa".

La Cooperativa de Armadores planteó hace tres años un proyecto de "guardianes del mar" para mantener limpios los mares pero solo como "un actividad accesoria y nunca como alternativa a la pesca".

Fuertes recuerda que ha sido el propio sector pesquero el que ha tomado la iniciativa para mantener limpios los mares "porque consideramos que esta es una medida que favorecerá en el futuro a la pesca y salvaguardará el medio ambiente".

Señaló, sin embargo, que en alta mar es muy difícil encontrarse con residuos plásticos y que este problema afecta fundamentalmente a las zonas costeras, en las que faena la flota de bajura.

Añade que los pescadores están concienciados y que evitan arrojar plásticos al mar y que la mayoría de estos deshechos proceden de tierra "por culpa de la falta de control por parte de los ayuntamientos".