La factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën no descarta un posible problema de falta de componentes por la catástrofe provocada por el seísmo y posterior tsunami en Japón, según explicaron fuentes de la multinacional. La planta de Balaídos importa en la actualidad varias piezas de proveedores instalados en este país asiático, lo que ha llevado a los responsables del centro a preparar un plan de acción por si se interrumpe el suministro en los próximos días.

PSA-Vigo sería a priori la única firma del motor instalada en Galicia que importa directamente desde Japón, según informaron fuentes del Clúster de Empresas del Automóvil de Galicia (Ceaga). En la planta de Valladares de Denso, filial de componentes de la japonesa Toyota, la catástrofe no ha tenido ninguna repercusión en la actividad. "Lo que hemos hecho los trabajadores es una colecta para ayudar a nuestros compañeros de Japón", asegura Ricardo Otero, presidente del comité.

La catástrofe en el archipiélago japonés ha supuesto un duro golpe para su industria automovilística y sus principales socios: Renault, por la alianza con Nissan; y PSA Peugeot Citroën, asociado con Mitsubishi en la producción de vehículos eléctricos. En este último caso, el seísmo ha obligado a paralizar la producción de los eléctricos que actualmente vende en Europa, el Peugeot i-On y el Citroën C-Zero.

Pese a la gravedad de la situación, el grupo PSA ha descartado por ahora repatriar a los trabajadores que desarrollan su actividad en las plantas japonesas de Mitsubishi, unas 250 personas. "Estamos siguiendo la situación hora por hora, pero no es posible dar ahora una valoración de cómo se verá afectada la compañía por este desastre", explicó el presidente del consorcio galo, Philippe Varin, a la agencia de noticias Dow Jones.

Las multinacionales japonesas han paralizado la producción en la mayor parte de sus factorías, pero prevén recuperarla progresivamente a lo largo de esta semana y la próxima. Así, Mitsubishi, cuyas plantas no se vieron afectadas por el seísmo (pero sí las de sus proveedores), anunció que reiniciará su actividad mañana, e Isuzu lo hará el viernes. Toyota, el primer productor de automóviles del mundo, se ha visto obligada a parar una docena de factorías, al igual que Nissan, Honda o Suzuki. También GS-Yuasa, el fabricante de baterías que estudia la posibilidad de instalarse en Salvaterra (con Mitsubishi), ha detenido su fabricación.

Los importadores de coches temen retrasos en la entrega de los vehículos, y algunas marcas advirtieron ayer de que solo garantizan un stock a medio plazo.