Carlos Mouriño es un hombre grande y afable, de sonrisa casi permanente. Emigrante de éxito en México es hoy una de las fortunas más relevantes de Galicia. Sus pasiones son los negocios y el fútbol, en concreto el Celta de sus amores. “Desde niño he soñado con este club y en cuanto he podido lo he comprado. Es algo que llevo dentro toda mi vida”. El pasado 24 de febrero cerró la operación financiera más grande realizada en Galicia hasta el momento con empresarios chinos, al vender la calderera Gándara Censa al gigante Citic Heavy Industries. Echa de menos una mayor unión entre los empresarios vigueses. Mañana intervendrá en la tribuna del Círculo de Empresarios de Galicia.

-Tras la venta de Gándara Censa a Citic, usted aseguró que era una buena operación para Vigo.

-Citic es una de las empresas de referencia de China y estoy convencido que después de nuestra operación la mayoría de las empresas importantes chinas han ido al mapa a ver donde estaban Vigo y Galicia. En esto me apoyé para decir que la operación era muy importante, porque la empresa que desembarcó en Vigo es nada menos que el gigante Citic, que maneja unas magnitudes de negocio impresionantes y emplea a más de 150.000 personas, de las que 2.000 son ingenieros. Que Citic haya tomado la decisión de venir a Vigo ha situado muy bien a la ciudad en su país.

-¿Le han expresado los empresarios chinos su intención de seguir rastreando oportunidades de negocios en Galicia?

-Creo que van a hacer más cosas aquí, pero no pienso solo en Citic sino también en otras empresas chinas que ya saben dónde está Vigo; a partir de ahí presiento que podremos hacer buenos negocios en todos los sectores.

-¿Qué tipos de negocios les podría proponer?

-Desde mi punto de vista el negocio más interesante estaría relacionado con todo lo que tiene que ver con la ingeniería naval, con los astilleros. Creo que ese es un mercado de un potencial tremendo. Mire, hay una cosa importantísima en este momento en los mercados que es la falta de dinero, y los chinos nos han ganado un contrato importantísimo en Brasil porque ellos financian. Ellos tienen sus ingenieros que diseñan los productos, tienen quienes hagan estos productos y tienen la financiación.

-¿Cuál es el interés de los chinos sobre la industria viguesa?

-Los ejecutivos chinos han visto el potencial de Vigo, no el de Gándara Censa. Hay que tener en cuenta que en la nave de Citic Heavy Industries, que se dedica a lo mismo que hacemos aquí, tienen 700.000 metros cuadrados de naves y nosotros tenemos 70.000, por lo tanto nuestra aportación a su crecimiento es mínima. A los chinos le interesa el lugar estratégico de Vigo, no solo la fábrica de Gándara Censa, y eso es de lo que nos debemos aprovechar. Lógicamente, para ellos esta planta tenía muchísimo interés porque tiene una gran capacidad de producción, una magnífica mano de obra y construye unas piezas de gran calidad.

-¿Sugiere que lo que más les ha interesado es la situación geográfica de la propia ciudad y su comarca?

-Lo que buscó Citic era situarse en un lugar que les permitiese suministrar mercancías a toda Sudamérica y Norteamérica. Por lo tanto no creo que solo hayan venido a comprar Censa porque ni por sus ventas ni por su número de personal le haya significado un salto en sus resultados.

-Después de la venta de Gándara Censa, ¿seguirá usted como cabeza de puente para las inversiones chinas en Vigo?

-No, no. Gándara Censa la vendimos y ahí se terminó nuestra gestión. Ahora bien, lo que sí creo que hemos logrado en esta intensa y larga negociación es una relación personal que va mucho más allá y que creo que va a resultar muy beneficiosa. En la larga negociación se me ha quedado grabado también un proverbio que decían los chinos: “Si tú quieres vender y nosotros queremos comprar, ¿qué importa el tiempo? Hay que entenderlo, pero a nosotros sí nos importaba mucho el tiempo.

-Por cierto, ¿en qué va usted a invertir el dinero que le pagaron por la venta de Gándara Censa?

-¡Veremos lo que queda después de pagar a Hacienda! [Risas]. Nosotros estamos buscando siempre oportunidades y empresas donde entrar. Si hay posibilidades seguiremos invirtiendo, claro.

-¿Cree que Galicia es un lugar interesante para los inversores extranjeros?

-Sí, sin duda. He comentado muchísimas veces que nosotros tendríamos que tratar de repatriar a los emigrantes gallegos con grandes capitales para que inviertan en Galicia. Lo que ocurre es que los que salimos fuera nos acomodamos a un país, nos acomodamos a un sistema, y después todo nos da miedo, muchísimo miedo a enfrentarnos con nuevas dificultades y con nuevos retos y o enfrentarnos a economías con márgenes reducidos o sindicatos fuertes.

-¿Cuáles son para usted las fortalezas de la economía viguesa?

-Su tejido industrial, porque a pesar de no ser enorme es potentísimo. En Vigo se ha visto de verdad a los verdaderos empresarios, a los que desde abajo han hecho su empresa, han trabajado su empresa y tienen su empresa. Esto se ha visto muchísimo en Vigo.

--¿Y los problemas que habría que resolver?

-El principal problema de Vigo para los inversores es la división y las peleas políticas, que están perjudicando tremendamente a Vigo. Esta división marca un cierto desorden y no ofrece confianza ni a los empresarios ni a los inversores.

-¿Considera acertada la política económica del Gobierno de España?

-No puedo criticar la política económica porque la crisis ha sido tremenda y los que sabemos de crisis, porque la hemos sufrido, somos conscientes de lo difícil que es sortearla. En México nos acostamos un día con los intereses al 18% y nos despertamos con el 110%. Las crisis de devaluaciones que tuvimos allí fueron brutales, pero por muy profundas que sean las crisis los países salen de ellas. Por ello no voy a criticar las medidas económicas ni decir que son buenas o malas, si se hicieron a destiempo o no.

-¿Está haciendo la Xunta los deberes como debe en esta crisis?

-Aquí se habla mucho de que si todos estamos improvisando. Creo que sí, que en esta crisis se ha improvisado, pero es algo que han tenido que hacer los gobiernos centrales y los gobiernos autonómicos. No considero adecuado culpar al Gobierno gallego del aumento del paro, como tampoco podamos culpar al Gobierno de España, pero sí creo que puede haber unas medidas más acertadas que otras. Pero la crisis nos llevó por delante y aquí cada cual trata de justificarse como puede.

-¿Cuáles son las principales demandas que realizan los inversores al Gobierno en estos momentos de crisis?

-Nosotros siempre hablamos de unos parámetros que son muy generalizados, como suelo en sitios que se encuentren cerca de las áreas industriales o seguridad jurídica en las parcelas en donde se vayan a implantar nuevas empresas. Pero lo que es más importante es que los empresarios no queremos encontrarnos con problemas por condicionamientos políticos, ya que hace mucho daño en Galicia. No nos vale eso de que si eres de un partido te doy la licencia y si eres de otro te la guardo en un cajón durante un tiempo y te la daré si me vienes a pedir el favor. Todo esto tiene que estar superado. En el país en el que he vivido sufrí muchas cosas de estas y creí que nunca más las volvería a ver, pero llego a España y las sigo viendo y eso me produce mucha tristeza.

-¿Le ha sucedido eso en algún caso en concreto?

-No, lo digo en general.

-La producción industrial en Galicia ha caído más que en el resto de España, ¿qué mecanismos serían necesarios para fortalecer el músculo industrial de la comunidad?

-Se tendrían que hacer dos cosas importantes, desde mi punto de vista. Primero, la unión de los empresarios. La clase empresarial en Vigo es tremenda, con una fuerza y una pujanza que no se ven en otros sitios, pero también digo que es tremendamente personalista. No se ve que aquí se unan cuatro o cinco empresarios gallegos para hacer un proyecto grande. ¿Y por qué no se ve? Por la desconfianza de unos hacia otros.

-¿Cree entonces que las grandes inversiones industriales pasarían por la unión de grupos de empresarios?

-Totalmente. Pero no solo para grandes empresas, sino que cualquier tipo de objetivo solo se alcanza si los empresarios estamos unidos. Los empresarios no se pueden unir solo por una causa puntual como ha sido el caso de Caixanova, los empresarios tienen que estar unidos por los temas generales, en los que las industrias, las empresas se pongan por encima de los intereses políticos, y veo que aquí eso no lo conseguimos.

-¿Está ajustada la balanza productividad-salarios en la comunidad gallega?

-Estamos al nivel medio de España, quizás un poquito más bajo. La mano de obra es muy buena y cualificada y el único problema que hay que corregir a efectos de competitividad es el absentismo que hay en las empresas. Estamos en unos números tremendamente elevados que no conducen a ninguna parte.

-Mañana tiene usted una cita con los empresarios vigueses en el Círculo de Empresarios de Galicia ¿en qué se va a basar su intervención?

-El debate es si un club de fútbol funciona como una empresa o no. Mi opinión es que no, porque en una empresa sabes que no hay nadie detrás de ti controlándote, solo los sindicatos o los accionistas. En un club de fútbol, por el contrario, lo está controlando toda una ciudad y mucho más que una ciudad, pero al mismo tiempo le están observando todos los medios de comunicación.

-¿Sigue usted el proceso en el que está inmersa Novacaixagalicia?

-Bastante, estoy muy interesado en ese proceso porque la entidad es accionista del Celta.

-¿Se animaría usted a invertir en el banco que se está gestando?

-No creo que yo sea importante como inversor para Novacaixagalicia, aunque nosotros estamos muy abiertos y si se puede ayudar en algo ahí estaríamos.

-¿Cuál sería la mejor solución para la caja gallega en estos momentos?

-Ir de la mano de un banco o con la primera idea que había en Caixanova que era hacer un SIP. Creo que en estos momentos la caja quedó dañada, y no se puede culpar a nadie de una operación que no salió como se esperaba. Si los datos no son reales, es difícil cuadrar los números correctos. Ahora habrá que irse a la bancarización o a un SIP.

-Mucha gente a las entidades financieras como las causantes de la crisis, ¿comparte esto?

-Es cierto que abrieron los créditos indiscriminadamente, pero también es cierto que nosotros los fuimos a pedir y nos los dieron nuestra obligación tiene que ser devolverlos. Que hayan cometido muchos abusos es posible, pero la causa fue el enorme crecimiento y competencia que se daba entre ellas que obligó a abrir el crédito de una forma que no era normal ni se podía aguantar. Daban el dinero no por lo que generaban, sino por lo que pedían fuera, y claro, en algún momento se tenía que resentir y se resintió.

-¿Tienen los empresarios problemas para acceder a la financiación?

-Sí, muchos, todos. En este momento es el principal problema de los empresarios. Los bancos y las cajas no se dedican a prestar dinero sino a sanear sus cuentas.

-¿Cuándo va a volver a fluir el crédito?

-Cuando los bancos y las cajas tengan sus economías muy saneadas. Son correctas las exigencias del Banco de España en este sentido. El dinero que va venir de fuera está muy bien, pero el caso es cómo se vaya a emplear. Si se dedican a pagar los créditos contraídos estamos en el mismo problema. Es muy importante la consolidación de un sistema bancario fuerte.-¿Le preocupan las revueltas en el mundo árabe y la consecuente subida del crudo?

-Totalmente. Creo que no sabemos a dónde puede ir el precio del petróleo porque no hay nadie que lo pueda marcar en este momento y eso sí que pueda ser un hándicap para la recuperación económica.

-¿Qué le hubiese gustado ser si no fuese empresario?

-Presidente del Celta.

-¿Fue una buena inversión desde el punto de vista económico?

-No, pero las satisfacciones las buscamos en otras cosas.