La marca Vigo en el consorcio PSA Peugeot Citroën ya no es solo sinónimo de productividad, sino también de seguridad y salud en el trabajo. La multinacional francesa ha decidido exportar a todas sus fábricas la receta viguesa de prevención de riesgos laborales, que ha permitido a Balaídos bajar la siniestralidad a un ritmo del 25% anual en los dos últimos años. En 2010 solo se registraron 23 accidentes con baja laboral, en una plantilla de más de 7.000 trabajadores.

El director de Relaciones Laborales y Humanas de PSA-Vigo, Sergio Faraudo, explica que la preocupación de la multinacional gala por la seguridad dio un salto cualitativo hace dos años con la llegada del nuevo presidente, Philippe Varin. A partir de entonces, el grupo estableció tres principios básicos a partir de los cuales se tendría que desarrollar la nueva política de seguridad y salud: ejemplaridad (cumpliendo y haciendo cumplir las normas de seguridad), vigilancia (preservando que el estado de las instalaciones y el comportamiento de los trabajadores sea el correcto) y reactividad (informando a la jerarquía de cualquier situación de riesgo, adoptando medidas paliativas y proponiendo acciones de mejora).

“A partir de ahí, cada centro definió sus cinco compromisos básicos”, relata. La novedad de esta política de seguridad y salud laboral es que toda la cadena jerárquica de la fábrica, desde el director hasta el último empleado, está orientada a anticiparse a los riesgos en el trabajo. “Se trata de desarrollar una nueva cultura de la seguridad”, resume. Como ejemplo de este seguimiento, Faraudo apunta que hasta “el corte más ínfimo en el dedo de un trabajador, al día siguiente, en la reunión de dirección de las nueve de la mañana, es el primer tema que se aborda”. “Se buscan las causas: falta de formación en el puesto, no llevaba los elementos de protección... Queremos saber por qué ha ocurrido para que no vuelva a repetirse”, argumenta.

Sensibilización

A esta implicación de toda la cadena jerárquica se une la sensibilización de la plantilla, a través de iniciativas novedosas como la Security-Box (S-Box), un espacio lúdico e interactivo en la que los trabajadores toman conciencia de la importancia de la seguridad y de su papel a la hora de evitar los accidentes laborales. “Todas estas acciones han empezado a dar resultados”, afirma Miguel Ángel Gómez, responsable del Servicio de Prevención de la planta viguesa.

Los datos hablan por sí mismos. Tomando como referencia la tasa de frecuencia, que es el número de accidentes por millón de horas trabajadas, la factoría pasó de un 2,57 en 2009 a 1,87 en 2010. “Este año la tasa es del 1,5, pero como solo llevamos dos meses todavía no es representativa”, matiza Gómez. Sí lo es, en cambio, el número de accidentes laborales con baja sufridos el año pasado: 23, para una plantilla de más de 7.000 personas, o el número de primeras curas, que en los últimos tres años ha bajado de 52 a 27. “Nos marcamos como objetivo ir reduciendo la siniestralidad laboral un 25% cada año en Vigo, y lo hemos conseguido”, asegura.

Según Gómez, “ahora se producen más accidentes al ir y venir a trabajar que en la propia factoría”. Los centros de Balaídos, Mangualde (su planta satélite en Portugal, cuya dirección industrial depende desde el año pasado de Vigo) y Villaverde son los que registran menores índices de siniestralidad del grupo.

Guadalupe Torres, técnico de prevención de riesgos laborales en los talleres de Embutición (prensas) y Ferraje (soldadura) destaca el “cambio cultural” vivido por la plantilla en los últimos dos años. “Ahora no hay un técnico en prevención de riesgos laborales, lo somos los 8.000 trabajadores que componen la plantilla”, argumenta. Torres valora las reuniones periódicas que se celebran ahora con la jerarquía para tratar cualquier aspecto relacionado con la seguridad en el trabajo, así como el flujo transversal de información entre las plantas e incluso entre talleres.

Dentro de la nueva política de seguridad del grupo a nivel mundial, PSA-Vigo se ha fijado cinco objetivos específicos: desarrollo de un programa de bienestar en el trabajo (enfocado a evitar los riesgos psicosociales); mejora de los estándares; integración de la seguridad en el trabajo; la cultura de la seguridad a través de la observación de riesgos; la prevención de los trastornos músculo-esqueléticos (trabajar sobre la eliminación de las enfermedades profesionales), y un plan de circulación interno y seguridad vial.

Hábitos saludables

Relacionado con la seguridad, el director de Relaciones Laborales y Humanas de PSA-Vigo, Sergio Faraudo, señala que el centro está trabajando sobre una serie de medidas encaminadas a mejorar la calidad de vida de los trabajadores, y que van desde la prevención de riesgos cardiovasculares al desarrollo de un plan nutricional en los comedores de la fábrica, fomentar la gimnasia “postural” antes y después de cada turno de trabajo e identificar el mejor gesto de trabajo en cada puesto para evitar lesiones (con la colaboración de fisioterapeutas). “Nuestro objetivo es que los trabajadores, mujeres y hombres, puedan tener una empleabilidad adecuada a lo largo de toda su vida profesional”, concluye Faraudo.