El mar gallego está poblado por 398 especies de peces. Son las que recoge Rafael Bañón, biólogo de la Xunta –Unidade Técnica de Baixura– y considerado uno de los principales expertos gallegos en taxonomía de peces, en su reciente actualización del inventario de peces marinos de Galicia que él mismo había realizado hace dos años.

El trabajo documenta 42 especies más que las recogidas en su anterior trabajo y buena parte de los nuevos pobladores tienen un origen tropical o subtropical, a los que se suman otros de procedencia boreal, de aguas profundas o de origen incierto, aunque es posible también de que ya tuvieran aquí su hábitat sin que nadie las hubiera detectado hasta ahora.

Bañón distingue dos tipos de especies, dentro de la amplia gama de las consideradas especies nuevas, raras o poco conocidas de peces marinos que aparecieron en aguas de Galicia en los últimos 15 años. Por un lado está el grupo de especies costeras, casi todas de origen africano, es decir, aquellas cuyo rango de distribución conocido hasta hace pocos años en el Atlántico oriental no sobrepasaba el Estrecho de Gibraltar, mientras que en los últimos años se ha desplazado hacia el norte. "Pensamos que este desplazamiento hacia el norte es una clara consecuencia del cambio climático, que provoca que las especies busquen su óptimo térmico" y, por tanto, tenga lugar este movimiento, señala Bañón.

El biólogo precisa que dentro de este primer grupo se encuentran varias especies de carángidos, la familia de los jurelos. "Son especies pelágicas cuyo número se ha incrementado desde las cuatro especies que había registradas en los años 80 hasta las once que hay actualmente", señala Bañón, que destaca dentro de esta familia el jurelo azul (Caranx crysos), que apareció por primera vez en 1996 en la isla de Ons y que se volvió a encontrar en 2009 en Corcubión, explica.

Otras especies de carángidos tropicales que destaca el investigador son las Seriolas, cada vez más frecuentes en nuestras aguas y entre las que reseña la Seriola rivoliana y la Seriola fasciata, además de la chopa blanca (Kyphosus sectatrix) de la familia Kyphosidae, de origen africano y reciente aparición en Galicia.

Por lo que se refiere al segundo grupo de especies singulares, conformado por especies de más profundidad, su presencia en Galicia, según detalla el biólogo puede ser achacable "más a un mayor esfuerzo pesquero a estas profundidades y una mayor cooperación del sector pesquero con el científico, lo que ha permitido descubrir especies nuevas en nuestras aguas o desconocidas a veces desde hace más de 100 años". Es el caso de la pata de pulpo (Ijimaia loppei) de la familia Ateleopodidae o de la culebra de mar (Ophisurus serpens).

"Esta última especie resultó que estaba citada por el naturalista Victor López Seoane en 1866, pero no se sabía de su existencia desde esa época", precisa el biólogo, quien indica también que en octubre de este mismo año fueron capturados dos ejemplares en las afueras de cabo Silleiro, en la Ría de Vigo, "lo que confirma la presencia de esta especie para nuestras aguas".