En un mundo de economía globalizada, no solo las grandes corporaciones y las cúpulas financieras o administrativas temen el contagio de crisis como la que atraviesa Irlanda y que ha obligado al rescate de su economía por la UE y la medidas de ajuste que se traducen en notables fiscales como la del IVA (al 24% hasta 2014). También el sector pesquero gallego escruta la situación de un país del que procede un importante volumen de importaciones de pescados y mariscos –unas 10.000 toneledas al año solo de producto fresco– y que tiene a Vigo y a su puerto como uno de sus principales puntos de referencia tanto en Galicia como en España.

Y es que, tanto la flota gallega que opera en aquellas aguas –cerca de un centenar de buques– como los importadores de los productos pesqueros del "tigre celta" dan por hecho que los ajustes aprobados para reflotar la economía del país se notarán muy pronto en los precios.

Es lo que trasladaba ayer, por parte de los importadores, Marisol Landriz, directora gerente de la Asociación de Comercializadores de Pescado del Puerto de Vigo, que tiene entre sus asociados a siete empresas que desde hace años mantienen una relación comercial estable con Irlanda, donde adquieren marisco para cetáreas y viveros, y que fue a más en los últimos cuatro o cinco años "porque el producto es muy bueno, tiene muy buena aceptación aquí y buen precio" . Landriz entiende que "es seguro que la situación del país y los ajustes nos van a repercutir en precios, no sabemos aún en qué proporción pero es claro que será así y, además, se va unir a la subida tradicional de estos productos en Navidad".

La responsable de Acopevi reconoce "preocupación" en el sector y traslada también la de los propios empresarios irlandeses. "En general son empresas pequeñas, muchas cooperativas, y las subidas de impuestos les causan incertidumbre; habrá que esperar y ver qué pasa".

En el sector extractivo la crisis irlandesa también causa incertidumbre. Aunque ya casi no queden en la zona buques de la decena de sociedades conjuntas constituidas hace unos años con capital gallego para poder pescar en en el país –una de ellas, con capital vigués, incluso tiene sus dos barcos inoperativos como reconmocía ayer a este diario su propietario–, el caladero irlandés es visitado por más de la mitad de los 140 pesqueros españoles con licencia para faenar en Gran Sol. Esta flota utiliza puertos como Castletown o Dingle para sus descargas, que luego son enviadas en camión a Galicia –mayoritariamente Vigo y A Coruña–, pero también para reponer combustible, aprovisionarse o realizar pequeñas reparaciones. Jesús Etchevers, presidente de los armadores coruñeses de Arpesco, señalaba su temor a que las subida fiscales y los ajustes en Irlanda repercutan también en las tarifas de estos servicios. "Esperemos que sean inteligentes y que no suban los precios, porque de lo contrario, a lo mejor dejaremos de ir", aseguraba.