Marineros que trabajaron en la marina mercante en Noruega, entre la década de los 60 y hasta 1994, muchos de ellos de O Morrazo, están convocados a una reunión el domingo, a las 17.00 horas, en el Concello de Cangas por la Asociación Long Hope, que aglutina al colectivo, para informar sobre las gestiones llevadas a cabo en la reclamación al gobierno noruego para que o bien se reconozca a estos marineros la prestación por el tiempo trabajado a efectos de que compute en la pensión o se les devuelva las cantidades impositivas que el gobierno escandinavo les cobró en sus nóminas, actualizadas a dinero de hoy. El presidente de la asociación, Ricardo Lustres, de Portonovo, asegura que no puede precisar la cuantía, a devolver, pero asegura que en España, entre 8.000 y 9.000 marineros trabajaron en barcos de Noruega. El 95% eran gallegos. "En un año podían trabajar 1.800 personas", según los datos que maneja la asociación, que se creó hace tres años al fracasar las reclamaciones individuales de los afectados. Long Hope representa, según Ricardo Lustres, a cerca de 500 marineros, de los que unos 70 son de O Morrazo.

Asegura que recuerdan esos años de trabajo en barcos de Noruega "con cariño, acogidos por un país amable y generoso" pero que dejaron muchos años de su juventud por lo que se sienten discriminados y que se ha cometido con ellos una "injusticia moral". Lustres dice que se trabajaba con contratos legales en empresas noruegas, y en las nóminas pagaban todos los impuestos establecidos por el país, a excepción del aporte a la Seguridad Social "pero no porque nos negásemos o ocultásemos nada, sino porque no se nos permitía ya que el gobierno noruego decía que no éramos residentes". Esta circunstancia es, según la asociación lo que les ha impedido hasta ahora ser beneficiarios de una compensación económica por el tiempo trabajado. No entienden por qué Noruega les cobró impuestos en las nóminas como si fueran residentes y alegue ahora que a efectos jurídicos no tienen derecho a esa cotización porque eran "trabajadores extranjeros no residentes". Este problema sólo lo tuvieron las personas que trabajaban en los barcos, porque a los que lo hacían en tierra sí figuraban como residentes.

El colectivo ha descubierto recientemente, gracias a una carta que les remitió la dirección de los marinos noruegos, según Ricardo Lustres, un convenio firmado por España en 1963, en la época de Franco, y el gobierno noruego para evitar la doble imposición en materia de impuestos. Los afectados consideran, según el articulado de dicho convenio, que las retribucuiones que recibían por las empresas noruegas sólo podían tributar en España porque era el país donde residían "tal y como reconoce el Estado noruego cuando nos califica de no residentes, pero sin embargo nos imponía una carga entre el 10 y el 20% en función de los ingresos".