Los sindicatos centraron sus esfuerzos en el motor económico de Galicia y los trabajadores de Vigo respondieron de forma multitudinaria. Las dos marchas convocadas ayer contra la reforma laboral y el plan de ajuste del Gobierno colapsaron el centro urbano durante más de tres horas. Más de 115.000 personas, según los convocantes –la Policía Local habla de unos 66.000–, recorrieron las principales calles de la ciudad en dos grandes movilizaciones. La primera cita de la jornada la protagonizaron CCOO y UGT, que partieron a las once y media de la mañana de Plaza de España. Media hora después salía del cruce de A Doblada la protesta convocada por la CIG. Las centrales sindicales organizaron actos por separado, pero la aglomeración de participantes propició que ambas marchas confluyeran pasada la una de la tarde en el cruce de Colón con Policarpo Sanz.

Los sindicatos exigieron al Gobierno un giro a la izquierda en política laboral y tributaria en dos marchas sin incidentes, salvo por el lanzamiento de huevos contra alguna fachada de Urzáiz en la que se advertían oficinas abiertas. CCOO y UGT enfocaron su discurso hacia la necesaria "rectificación" de la reforma laboral aprobada el día 9 de septiembre en el Congreso, mientras que el secretario xeral de la CIG, Suso Seixo, hizo hincapié en la necesidad de avanzar hacia "un nuevo modelo económico, más eficaz, justo y solidario".

Una hora exacta tardó el primer grupo en llegar desde Plaza de España hasta el edificio de la Xunta. Más de 75.000 personas, según los organizadores, arroparon en la cabeza a los secretarios generales de UGT y CCOO en Galicia, José Antonio Gómez y Xosé Manuel Sánchez Aguión, y a los responsables comarcales de ambas formaciones, que tomaron la palabra al término de la convocatoria para agradecer el "rotundo éxito" de la convocatoria.

"Vigo no falló. Un 90% de los trabajadores de la comarca hicieron huelga y esto tiene que hacer reflexionar al Gobierno", reclamó Antonio Juste, secretario de la UGT en Vigo, al tiempo que el responsable autonómico de la formación exigía al Ejecutivo central "que retome la senda del diálogo social que nunca debió abandonar". En el pequeño escenario habilitado en Areal se escuchó también al secretario de CCOO en Galicia, Sánchez Aguión, que alabó la "masiva participación" en las movilizaciones de la ciudad olívica y denunció "la campaña de desprestigio urdida contra los sindicatos y los servicios mínimos abusivos impuestos por la Xunta".

Era la una menos cuarto cuando concluyeron las intervenciones de la primera movilización, cuyos últimos participantes fueron alcanzados por la marcha de la CGT y la convocada por la CIG, a la que acudieron varios representantes del BNG, como el teniente de alcalde Santiago Domínguez, y el portavoz nacional de esta formación política, Guillerme Vázquez, que se sumó a la exigencia de "una rectificación de las políticas antisociales de los gobiernos central y el gallego".

Decenas de miles de personas recorrieron Urzáiz y Policarpo Sanz bajo el lema "Outro modelo económico e social é posible. Non á nova reforma laboral". Con música gallega y un amplio repertorio de consignas, la segunda protesta de la jornada llegó a la una y media de la tarde a Porta do Sol, donde el secretario xeral de la CIG auguró nuevas convocatorias de huelga general "si no se escucha a los ciudadanos" y cargó contra las demás formaciones sindicales por "colaborar con el Gobierno" y tardar demasiado tiempo en reaccionar ante el "recorte abusivo de derechos a la clase trabajadora".