El Congreso de los Diputados aprobó ayer con carácter definitivo la reforma laboral sin más votos afirmativos que los del PSOE y gracias a la abstención del PNV.

El texto final incluye como novedad que también se facilita a las empresas el despido por absentismo. La norma nace también sin ningún apoyo entre los agentes sociales y ha agudizado las críticas de los sindicatos al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. UGT y CC OO calentaron motores para la huelga general del 29-S con un concurrido acto sindical en Madrid en el que los asistentes gritaron consignas contra el Gobierno y contra el Presidente. “¡Zapatero, dimisión!”, se coreó.

La reforma que sale del Congreso modifica en algunos detalles el decreto aprobado ya en julio por el Gobierno, si bien los ejes principales se mantienen: generalización del contrato de fomento del empleo indefinido (con indemnización por despido de 33 días por año trabajado) para favorecer el empleo estable; redefinición de las causas del despido objetivo por razones económicas (20 días por año trabajado); limitaciones en la contratación temporal; mayor control sobre los parados para que realicen cursos de formación; más flexibilidad para que las empresas se descuelguen de los convenios colectivos; aplicación del llamado “modelo alemán” para ajustar los salarios y las jornadas de trabajo en momento de crisis.

El PSOE maniobró ayer para tumbar la mayor parte de las enmiendas que se habían introducido en el Senado y que endurecían algunos aspectos de la reforma.

Una de esas enmiendas rechazada extendía las posibililidades de despedir por absentismo. No obstante, la redacción final facilita ese tipo de despido más que la regulación vigente hasta el momento.

La norma general se mantiene: un trabajador puede ser despedido si falta al trabajo el 20% de las jornadas laborales en dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos. Pero si hasta ahora era condición que el nivel general de absentismo en la empresa superase el 5%, con la reforma se queda en el 2,5%.

El empleo

¿Qué efecto tendrá la reforma laboral en el empleo a partir de ahora? El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, destacó que el nuevo marco coincide en un momento adecuado, cuando la economía enfila la recuperación. Pero todas las fuerzas de la oposición reprocharon que la reforma “no es la que España necesita”.

El presidente Zapatero reconoció ante los periodistas que los efectos no serán inmediatos. “Tardarán varios meses”, dijo.

Y los sindicatos, que ayer reunieron a más de 15.000 dirigentes y delegados en un acto en la plaza de Toros de Vista Algre, auguraron que el Gobierno tendrá que dar marcha atrás a la reforma después de la huelga general del 29 de septiembre.

En ese mismo acto, al menos parte de los asistentes demandaron a gritos la dimisión del presidente del Gobierno.

Los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, se mostraron convencidos de que la huelga general del próximo 29 de septiembre servirá para que el Gobierno dé marcha atrás en la reforma laboral que acaba de aprobar el Congreso de los Diputados y rectifique como ha hecho en las últimas horas al dar luz verde a algunos ayuntamientos para endeudarse. Así lo indicaron en el acto multitudinario en el Palacio de Vistalegre.

Por su parte, el secretario general de CEOE, José María Lacasa, afirmó ayer que la huelga general es “inapropiada” y está “fuera de lugar” en un contexto de crisis económica.