La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que el Gobierno aún no tiene elaborado un "documento definitivo ni oficial" de la reforma laboral y reiteró que el Ejecutivo "sigue creyendo en un acuerdo" en la mesa del diálogo social. Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, reclamó una reforma laboral orientada necesariamente a la articulación de medidas encaminadas a terminar con la temporalidad en el empleo e inspiradas en los principios de flexibilidad.

Después de que el pasado jueves se filtrara a los medios de que el Gobierno estaría pensando en dar "luz verde" a una indemnización por despido por causas objetivas de 20 días por año trabajado en el caso de empresas en dificultades, De la Vega quiso "disipar cualquier tipo de duda" en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Es posible que puedan existir borradores y documentos de trabajo, pero no una propuesta oficial", aseguró.

De la Vega reiteró que el Gobierno "sigue creyendo en un acuerdo" en la mesa de diálogo social. "Apostamos por el consenso, y a vamos a apurar hasta el último instante todas las posibilidades", aseguró la vicepresidenta, para quien todas las partes del diálogo social "comparten el diagnóstico" y la necesidad de alcanzar un "mercado de trabajo moderno" para retomar la senda de la creación de empleo.

El mismo día que los sindicatos amenazaron nuevamente con una huelga general, el Gobierno sostiene además que está en permanente contacto con CC OO y UGT, y asegura que ambas organizaciones también saben que no hay ningún documento definitivo ni oficial más que el que el Gobierno les trasladó el pasado mes de abril y sobre el que se está trabajando.

Los responsables de Organización, Comunicación, Acción Sindical y Empleo de todas las federaciones y territorios de CC OO pusieron ayer en marcha los preparativos para la convocatoria de una huelga general en España, al considerar que ésta "parece inevitable".

Mientras, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, se mostró en contra de "alterar" el contrato de fomento del empleo indefinido para ampliar su utilización y recordó que en España ya existen los despidos de 20 días en los casos en que se alegan causas objetivas. Pero, según dijo, los empresarios, con tal de ahorrarse trámites y hacerlo todo más rápido, prefieren pagar 45 días de indemnización. "En España es fácil, rápido y barato despedir. Si no fuera así no tendríamos 4,6 millones de parados", sentenció el dirigente sindical en declaraciones a TVE.

El líder del PP, Mariano Rajoy, reclamó una reforma laboral orientada al único objetivo de crear empleo y liquidar las "dramáticas" cifras del paro en España, lo que según él pasa necesariamente por incluir la negociación colectiva y articular medidas encaminadas a terminar con la temporalidad en el empleo e inspiradas en los principios de flexibilidad.

Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran, aseguró ayer que no aprobarán la reforma laboral anunciada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, si se enteran de su contenido por los periódicos.

En un artículo de su carta-web, Duran reiteró que, si el Gobierno no habla con CiU, no contará con su apoyo para aprobarla. El también líder de UDC aseguró que la fecha elegida por Zapatero para presentar la reforma laboral tiene que ver con la huelga de funcionarios prevista para el 8 de junio porque "prefiere no inquietarles más de la cuenta", aunque a cambio inquiete a los mercados y provoque efectos negativos en la deuda y en la credibilidad económica, afirmó.