El coche "domótico" ya es una realidad. Ingenieros de Telefónica, Ericsson y el Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG) presentaron ayer en Madrid el proyecto "connected car", un prototipo que permite al usuario controlar desde el coche con todas las tecnologías de su hogar y viceversa. El sistema –avanzado por FARO en octubre de 2008–, estará disponible en el mercado antes de tres años. Ambas tecnológicas, en colaboración estrecha con el CTAG, han iniciado la fase de presentación del producto, que ha suscitado un "gran interés" por parte de algunas multinacionales del automóvil.

"Hemos convertido el coche en un puente a través de la red móvil", trata de resumir Roberto Guerrero, responsable de proyecto de Telefónica. El "connected car" permite al usuario transferir archivos, descargar contenidos de Internet y manejar desde el interior del vehículo aquellos aparatos que dependan de las aplicaciones electrónicas del hogar (ordenador, teléfono, luz). De igual forma, también se puede acceder al ordenador del coche desde el hogar (ordenador) y el teléfono móvil. Todo ello a través de la tecnología 3G y 4G y la infraestructura IMS (IT Multimedia Subsystem).

El prototipo presentado en Madrid –sobre la base de un Citroën fabricado en Vigo– consta de dos pantallas: una delantera, integrada en el salpicadero y que se controla desde el volante; y otra trasera –incrustada en uno de los reposacabezas delanteros–, cuyo manejo es táctil. "El dispositivo delantero tendrá menos aplicaciones para adecuarnos a la normativa sobre seguridad vial", admite Jordi Contreras, responsable del CTAG que participó en el proyecto. Para evitar las distracciones al volante, las aplicaciones se limitarán a música e información del vehículo y seguridad vial. "En un futuro se podrá manejar con comandos de voz", apunta. En cambio, desde la pantalla trasera la conectividad será total. "Lo que persigue este proyecto es conectar el vehículos con cualquier tipo de servidor", matiza Óscar Blanco, de Ericsson.

Otra aplicación desarrollada para el "connected car" permite conocer en tiempo real el uso que se está haciendo del vehículo: tiempo de conducción, velocidad media, frenazos bruscos, acelerones… Toda esta información se extrae y se enviará a un servidor. "Este tipo de información puede ser muy útil para empresas de alquiler de vehículos con el fin de conocer el uso que se le está dando, o para las aseguradoras, que pueden establecer las primas en función del tipo de conducción", explican responsables de Telefónica. Este sistema de control se denomina "pay as you drive".

El "connected car" también alerta de situaciones de peligro en la calzada y dará en todo momento la localización exacta del automóvil. Además, en caso de accidente, los servicios sanitarios podrán realizar un diagnóstico en tiempo real de los pasajeros. Y si de lo que se trata es de una avería, el taller también podrá examinar el vehículo e informar al conductor de la causa del problema. "El coste final de este dispositivo es difícil de saber, pero en unos años no será mucho más caro que cualquier reproductor de DVD que compremos para el coche", augura Jordi Contreras.

Participación gallega

La participación del CTAG en el proyecto ha sido financiada por Telefónica, y según su director territorial para Galicia y Asturias, Ignacio Aller, supone un "ejemplo de la apuesta de Telefónica por la comunidad gallega y sus centros tecnológicos". Multinacionales del motor ha mostrado su interés por este proyecto, cuya primera presentación pública se realizó en la feria mundial de móviles de Barcelona hace unos meses. Aparte del prototipo expuesto ayer en la tienda central de Telefónica en Madrid, el CTAG tiene un "connected car" real en sus instalaciones de Porriño. Las estimaciones de Telefónica y Ericsson apuntan a que el "connected car" estará en la calle en un plazo máximo de tres años.

El "connected car" surge como prolongación del programa "hogar digital", realizado por Telefónica y Ericsson, que buscaba integrar todas las tecnologías presentes en el hogar en una sola unidad, de modo que desde el móvil se pudiese acceder al ordenador y a la televisión, y al revés. El "connected car" completa el círculo.