Los ciudadanos gallegos que contratan una póliza de defunción se encuentran con la negativa de sus aseguradoras cuando tratan de contratar una funeraria diferente a la que selecciona la compañía. Estas "prácticas abusivas" provocan su indefensión como clientes.

Esta situación se manifiesta en dos circunstancias principalmente, de acuerdo con el Estudio sobre el sector de seguros de decesos en Galicia desde el punto de vista de la competencia. Las aseguradoras obligan a los clientes a contratar a las funerarias con las que han firmado convenios, cerrando el círculo del negocio.

En las pólizas incorporan únicamente el teléfono de la funeraria afín y, en caso de que la familia opte por ponerse en contacto con otra empresa, la aseguradora se niega a pagarle.

Además, la compañía suele incorporar su propio teléfono en la póliza como número de asistencia, según indica el estudio, por lo que son los primeros en ponerse en contacto con la familia. De hecho, "existe una relación muy estrecha entre el sector asegurador y el sector de los servicios funerarios", indica el estudio encargado por el Tribunal Galego de Defensa da Competencia.

A ello, se une un elemento especial. Este abuso se produce en unas especiales "circunstancias anímicas" que dificultan la reacción del cliente.

Estos aspectos no son los únicos puntos negativos en un informe que destaca el escaso porcentaje de reclamaciones en comparación con otras ramas de seguros. El informe incide en la alta concentración del mercado, con tres compañías copando el 75% del mercado. Se trata de Santa Lucía, con un 43%; Ocaso, con un 20%; y La Fe, con un 12%. Si se suman las cinco primeras aseguradoras, ese porcentaje sobre el total alcanza el 86%.

Por provincias, Pontevedra experimenta el mayor grado de concentración con el 82% del mercado en manos de las tres principales aseguradoras. Ese porcentaje es del 80% en A Coruña, del 78% en Lugo y del 60% en Ourense.

Los gallegos se han convertido en una "clientela cautiva", según las conclusiones del estudio. La clientela de más edad no encuentra en el mercado ofertas de seguros similares a las que tiene en su compañía.

En el sector no existe la obligación de respetar la antigüedad en caso de cambiar de aseguradora, por lo que una vez alcanzadas ciertas ventajas el cliente se encuentra sin posibilidad de cambiar de aseguradora en condiciones similares.

El estudio radiografía también la importancia que la ciudadanía concede a esta clase de seguros. Los gallegos son los quintos que más dinero destinan anualmente a esta clase de contratos, con 43,75 euros anuales, frente a los 54 de los asturianos, los 45 de los andaluces, los 45 de los extremeños y los 44 de los murcianos.

Según el Tribunal Galego de Defensa da Competencia, los gallegos prefieren prevenir antes que curar y la mitad de la población cuenta con un seguro de defunción, si bien las diferencias entre las diferentes provincias resultan notables.

Los pontevedreses son los ciudadanos de la comunidad que más optan por suscribir estos contratos, con un 68% de la población, por el 47% de Ourense, el 46% de A Coruña y apenas el 20% de Lugo.

Los datos del estudio dibujan el perfil del cliente tipo de este tipo de pólizas. Se trata de un titular que supera los 60 años y los contratos tienen una antigüedad media de entre 14 y 20 años. La mayor parte de la clientela pertenece a un clase social media y media baja, indican las conclusiones del estudio.