Casi tres horas de interrogatorios a los ocho marineros gallegos del Alakrana que para el juez Santiago Pedraz han sido muy provechosas y reveladoras. "Todo ha ido muy bien; las declaraciones [de los tripulantes] lo han aclarado todo", afirmaba el magistrado de la Audiencia Nacional en los pasillos de los juzgados vigueses minutos antes de abandonar estas instalaciones junto al fiscal Jesús Alonso y el personal de su juzgado que lo acompañó a Vigo y a Guernica. Todos regresaron a Madrid "muy impresionados" por los testimonios que escucharon de boca de los secuestrados, quienes por su parte agradecieron el "trato humano" que recibieron del juez instructor, al que no dudaron en pedir ayuda para resolver la terrible situación del Ariana, donde permanecen una pareja y dos menores secuestrados. Sobre lo que podría hacer la justicia española al respecto, Pedraz no se quiso pronunciar ayer en la ciudad olívica – "como juez tengo que ir practicando las diligencias que tengo que ir practicando; según voy acordando, dicto resoluciones y me baso en ellas, que es lo que vale; no vale que yo adelante algo"–, aunque horas después fuentes jurídicas afirmaban que la Audiencia Nacional no puede hacer nada respecto de este otro buque al no ser de su competencia.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional –que en enero interrogará al armador del Alakrana, Kepa Etxebarría– comenzaba la toma de declaraciones a las once de la mañana, con un ligero retraso con respecto a la hora anunciada. La culpa la tuvo la lluvia y el viento: las inclemencias meteorológicas no permitieron aterrizar a tiempo en Peinador al jet del Ministerio del Interior que trasladó a Vigo al juez Pedraz y a su equipo. Ya en los juzgados, los interrogatorios realizados en una sala de vistas de Instrucción del nuevo edificio fueron rápidos y concluyeron en menos de tres horas: todo quedó grabado en un DVD que se incorporará a la causa.

Poco después de las dos de la tarde, el magistrado abandonaba la sede judicial. Pero antes de hacerlo mostró su satisfacción por la forma en que se desarrollaron los interrogatorios tanto en Vigo como en Guernica, donde escuchó el relato de los marineros vascos. El juez explicó que decidió trasladarse él a las dos ciudades "fundamentalmente por ellos [por los tripulantes], para no hacerles ir hasta allí [a Madrid]". No les mostró las fotografías de los dos somalíes encarcelados en España ya que la causa contra estos piratas está ya concluida y a la espera de ser enjuiciada. "Yo vengo aquí por otra pieza [de la causa]", dijo. Tampoco introdujo este tema en los interrogatorios. "En eso no me meto", añadió.

Aunque llegó y se fue de forma discreta, la presencia de Pedraz era ayer el principal tema de conversación en los juzgados. El juez decano Germán Serrano acudió a saludarlo a su llegada y pudo conversar con él finalizados los interrogatorios: el mal tiempo que hacía en Vigo y los destinos que ambos jueces tuvieron en sus carreras fueron algunos temas de conversación. El magistrado no quiso marcharse sin disfrutar de la gastronomía gallega y también pidió consejos sobre restaurantes. Un arroz con bogavante o con chocos eran algunos platos que barajaba con sus acompañantes antes de dejar los juzgados. Y tras una larga jornada en Vigo, a las ocho de la tarde salía de Peinador de vuelta a Madrid.