Después de la Coca- Cola Light y la Coca-Cola Zero, llega la Coca-Cola 'mini'. En realidad el contenido de la lata tiene poco de innovador: Mismo color, mismo sabor, mismas burbujas, misma composición. Lo verdaderamente revolucionario de este nuevo lanzamiento es el tamaño y el contenido energético: 22 centilitros en lugar de 33 y 90 calorías frente a las 140 de la lata original.

Esta posibilidad que plantea Coca-Cola de elegir el tamaño ha sido diseñada, dice la compañía, para dar la oportunidad a la gente de "decidir sobre la cantidad de calorías que ingiere a la vez que sigue disfrutando de las bebidas que más le gustan". La compañía asegura que han decidido "tomarse en serio la necesidad de ayudar a sus consumidores a conseguir un equilibrio entre las calorías que toman y las que gastan".

"La mini lata de Coca-Cola es una estupenda opción para momentos en los que no se tiene mucha sed o para aquellos consumidores que están muy concienciados con la cantidad de calorías que ingestan", sostiene un directivo de la marca.

¿Evitar la obesidad o los impuestos?

Coca-Cola ha decidido comercializar este 'mini' recipiente con el fin, según apunta el Washington Post, de zafarse de un posible impuesto que Estados Unidos está pensando aplicar a ciertas bebidas para luchar contra la obesidad.

Con esta enfermedad en el punto de mira (sobre todo la que afecta a niños y adolescentes), continúa el diario, ya se escuchan voces pidiendo un impuesto para las bebidas refrescantes ya que en la pasada década, la ingesta de calorías provenientes de este tipo de bebidas por persona creció cerca de un 30%.

Así, las latas pequeñas formarían parte de una campaña de Coca-Cola para defenderse de quienes les acusan de ser los responsables del aumento de casos de obesidad.

Uno de los directivos de la compañía, Muhtar Kent, sostiene que la esta enfermedad es un asunto complejo y que tiene más que ver con la falta de ejercicio y la mala alimentación que con el consumo de bebidas refrescantes.