La nueva caja que surgirá de la unión de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manressa planteará recibir del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) más de 1.500 millones de euros por esta fusión. La cifra que podría recibir la nueva entidad se concretará cuando las tres entidades presenten su proyecto ya definido ante el Banco de España, tras los tres consejos de administración extraordinarios que se celebrarán esta tarde con el objetivo de plantear la necesidad de la fusión.

Portavoces de las cajas consultados han declinado hacer declaraciones sobre la cantidad que podría recibir del FROB el proyecto de fusión, que dará lugar a la cuarta caja de España, y señalaron que es precipitado referirse ahora a estas cuestiones. Estos mismos portavoces afirmaron que tras los consejos tiene que desarrollarse un plan de integración de las tres cajas que deberá definir cómo queda la entidad de ahorro resultante, y establecer aspectos como la complementariedad de la red de oficinas y el excedente de personal.

Sin embargo, fuentes financieras conocedoras del proceso han señalado que en los contactos previos con motivo de esta concentración de cajas catalanas, entre el director general de Caixa Catalunya, Adolf Todó, que encabeza la fusión y el presidente de la Comisión Rectora del FROB, Javier Aríztegui –subgobernador del Banco de España– se planteó una cifra entre los 1.500 y los 1.600 millones de euros. Estas mismas fuentes añadieron que ninguna caja propondría a su consejo una fusión sin un cálculo previo de lo que pueden recibir del FROB, que precisamente se creó para impulsar las fusiones entre entidades de ahorro.

Este dinero triplica la cantidad de 500 millones que plantean Caixa Terrassa, Caixa Sabadell, Caixa Girona y Caixa Manlleu y es aproximadamente el doble del coste del saneamiento de la Caja Castilla La Mancha (CCM). Pero se trata también de una entidad que cuando se haga la fusión será mucho mayor, con activos totales de más de 81.000 millones. La cantidad definitiva se concretará en los próximos días, cuando las cajas presenten su proyecto.

La intención de la dirección de las cajas catalanas, una vez que se apruebe la fusión en los respectivos consejos de administración, es que las asambleas de las entidades ratifiquen la decisión y se pueda implementar un proyecto definitivo, si es posible, antes del primer trimestre del 2010. Sin embargo, las cuestiones legales podrían alargar el proceso, como les ha ocurrido a Caixa Terrassa, Caixa Sabadell, Caixa Girona y Caixa Manlleu, que pensaban empezar a operar como una sola entidad el 1 de enero, pero ahora el visto bueno del Tribunal de Defensa de la Competencia supondrá un retraso en este calendario

Hasta que estos trámites legales se lleven a cabo no podrán recibir el dinero del citado Fondo, ni tampoco operar de hecho como si se fuera una sola caja.

El dinero que aporta el FROB a las cajas que optan por fusionarse funciona como un crédito a largo plazo, pero se contabiliza como recursos propios de la entidad y por tanto mejora la solvencia de la misma.

Otra consecuencia de la fusión entre Caixa Catalunya, Manressa y Tarragona es que la entidad cambiará su nombre como muestra de que se trata de una fusión y no de una absorción de dos entidades pequeñas por otra mucho mayor.

El origen público de Caixa Catalunya y Tarragona es el que ha supuesto roces políticos y los mayores obstáculos a la fusión, con la Diputación de Tarragona –controlada por CiU– contraria a diluir su influencia en una unión en la que el mayor peso es para Caixa Catalunya, fundada por la Diputación de Barcelona, de control socialista. Caixa Catalunya suma casi el 80% de los activos conjuntos, pero el acuerdo de fusión supondrá la cesión de cuota de poder de la entidad presidida por Narcís Serra, que pese a esta concesión también encabezará la nueva caja. Caixa Catalunya está dispuesta a contar con una representación en los órganos de gobierno de la caja fusionada inferior al 60%.