La crisis es una oportunidad para Copasa. Los beneficios del grupo ourensano, que preside José Luis Suárez, alcanzaron el año pasado los 544 millones de euros, con un incremento del 10%. La división constructora aporta el 72% a la cifra de negocios que en los dos últimos años ha incrementado sus ventas un 51,8%, un resultado muy difícil de igualar en este sector duramente castigado por la recesión económica. Este año se cumplirá el 25 aniversario de esta empresa que se ha convertido en la primera por ejecución de obra pública en Galicia y que ya está presente en otros países de Europa, Latinoamérica y el Norte de África. La compañía da trabajo a 1.500 personas, el 70% de las cuales son titulados.

-¿Cuál es el secreto para haber sorteado la crisis?

-Estamos muy satisfechos del camino recorrido. A pesar de las dificultades de la economía española y mundial, hemos defendido bien el número de ingresos y el margen de beneficios. Creo que este año nos moveremos en cifras muy similares a las del ejercicio anterior. Nuestro secreto ha sido el haber diversificado nuestra actividad y haber apostado por la expansión internacional. Otro aspecto relevante es el haber adquirido tecnología y conocimientos en relación con actuaciones relacionadas con el medio ambiente. Esta “línea verde de negocio” está dando muy buenos resultados y es una actividad con una demanda creciente. Con ello nos encontramos en el país de destino con mucha menos competencia que en la construcción donde casi todo está hecho, y que además es una actividad muy rehén de los empresarios y suministros locales. Hay que viajar con algo más en la maleta, no sólo con la construcción sino también con la especialización.

-¿Tienen en ese campo mucha menos competencia?

-Así es. La “línea verde de construcción” tiene un gran éxito en muchos países y son trabajos que van desde obras hidráulicas a tratamientos de aguas residuales pasando por instalaciones de energías renovables. En Bulgaria, donde somos una referencia en este tipo de actuaciones, hemos cerrado un contrato para obras por un importe superior a los 50 millones y hemos convertido en una referencia en ese país haciendo depuradoras. Seguramente no podríamos haber sido una referencia haciendo obras de hormigón o carreteras. Esta actividad nos da una “cancha” especial para entrar en muchos países. Así que entramos en un mercado que competimos con cuatro o cinco, sin embargo en el negocio de la construcción tendríamos que hacerlo con cuarenta.

-Para especializarse hay que investigar y aportar nuevas soluciones, ¿cuál es la inversión destinada por ustedes a I+D+i?

-En los dos últimos años hemos invertido 3 millones de euros, que es una cantidad relevante para nosotros. También trabajamos con centros tecnológicos y universidades para desarrollar nuevos proyectos. En nuestro centro estamos intentando desarrollar desde sensores ópticos avanzados basados en la fibra óptica, para determinar las propiedades de los materiales constructivos y la salud de infraestructuras, hasta un método de cálculo de los muros de mampostería en seco para la contención de tierras, que en el caso de Galicia es un método tradicional y mucho menos agresivo con el paisaje que los muros de hormigón. Dedicamos importantes recursos a las tecnologías de la información para conservación de carreteras , a través de la combinación de técnicas geo-radar y termografía infrarroja para la evaluación y mantenimiento de pavimentos de carreteras y puentes.

-¿Han obtenido ya beneficios de sus investigaciones?

-Esta faceta nos reporta importantes retornos de las inversiones. Nuestra intención es intentar estar a la altura de las grandes constructoras españolas que han apostado por la vía de la investigación, pero creo que con nuestro tamaño hemos ido algo más allá. Algunos de nuestros logros e investigaciones nos permiten diferenciarnos de otros competidores.

-¿Por ejemplo?

-En el tratamiento de aguas residuales. Hace ahora dos años tomamos una participación mayoritaria, el 55%, de Passavant España, filial de la alemana Passavant, que es la primera compañía del mundo en el tratamiento de aguas residuales. En estos momentos Passavant España se ha convertido en una empresa puntera a nivel mundial en este sector. Es capaz de diseñar sus equipos con patentes propias, fabricarlos y, por supuesto, los instalarlos y participar en la construcción.

-Copasa nació como una constructora y su negocio ha derivado al mundo de los servicios, camino emprendido también por las primeras empresas del sector españolas.

-Todas las grandes compañías constructoras han visto en el sector servicios un campo de actuación muy interesante. Nuestra actividad se mueve en un cuadrante que incluye lo público y la construcción. El mundo de los servicios, por ejemplo, tiene cero de construcción pero cien por cien de público por razón de clientela. Esta es la encrucijada en la que nos estamos moviendo. Por eso estamos en los sectores de la obra pública, en el inmobiliario -en estos momentos gracias a Dios muy poco-, en la energía y en algún negocio nuevo.

-Los empresarios con negocios en diversos sectores siempre se decantan por alguno como favorito, ¿cuál sería el suyo?

-Realmente no lo sé. Porque podía contestar dos o tres cosas diferentes dependiendo de la visión del momento. Aunque parezca frívolo, siempre me apasiona más el último proyecto al que me dedico. En cualquier momento siempre el último.

-¿Los nuevos retos?

-Sí, a eso me refiero. Los últimos son en los que miramos más hacia el futuro y volcamos toda nuestra imaginación. Las obras recurrentes, las que llevamos haciendo siempre, no tienen problemas, los tenemos asumidos y son parte de nuestra cultura. Pero en los nuevos proyectos me implico yo personalmente. No quiero olvidar, porque yo soy ingeniero de Caminos, que el origen de nuestra actividad es la construcción, área que aporta el mayor volumen de negocio al grupo. Pero también he disfrutado mucho con los negocios de energía, sobre todo con las renovables. El saber sacar a la naturaleza un valor tan relevante como es la energía. Exprimir del medio ambiente algo con tanta transcendencia economía mundial como es la energía, a base de imaginación e ingeniería, es algo asombroso. El que un molino de viento o un salto de agua puedan generar energía y que el viento y el agua sigan su curso, como ingeniero me parece trascendental.

“Estamos inmersos en la red de alta velocidad española”

-¿Cómo les afecta la caída de contratación de la obra pública?

-Las administraciones empiezan a tener tensiones presupuestarias. Por el momento no nos afecta demasiado, pero creemos que finalmente así será. Por supuesto que estamos preocupados, pero siempre buscamos alternativas que puedan compensar esta situación.

-¿Qué ha significado que Copasa sea una de las principales adjudicatarias de obras el AVE?

-Nuestra principal actividad en términos de volumen es la ferroviaria. En estos momentos estamos inmersos en nuevos contratos de la red de alta velocidad española muy importantes. Disponemos de tecnología, medios y maquinaria para situarnos en el grupo más puntero de esta actividad. Hemos sido una de las empresas españolas de construcción, junto con los fabricantes de trenes e instalaciones, y nos han presentado formalmente al secretario de Estado norteamericano como una de las grandes compañías especialistas en alta velocidad.

-¿Sería una opción para ustedes entrar en el futuro en la red de alta velocidad norteamericana?

-Los planteamientos comerciales los tenemos que hacer con mucha fe. Hay que esperar.

Independientemente de lo que en su día decidan las autoridades norteamericanas, para nosotros es una satisfacción estar en la élite de las empresas que se dedican a la alta velocidad ferroviaria. Sin duda España dispone de la mejor estructura empresarial del mundo para este tipo de obras. Cuando dentro de unos meses se abra el corredor Madrid-Valencia vamos a tener la red de alta velocidad más grande del mundo. Y esto es algo que los españoles tenemos que empezar a creérnoslo.

-¿A qué se deben las fortalezas de Copasa?

-A una serie de elementos y de ideas que introducimos en la forma de hacer las cosas como son una alta especialización, un fuerte componente tecnológico, a la innovación, el máximo uso del conocimiento existente y cumplir las exigencias medioambientales. Estas filosofías no son fáciles de plasmar. A medio plazo sí significan algo, marcan el camino, la cultura y el estilo.