El coche domótico ya es una realidad. El proyecto Connected Car, en el que trabajan ingenieros vigueses del Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG), se presentará a principios del próximo año a las grandes multinacionales de las cuatro ruedas para que lo valoren e incorporen –si quieren– a sus propios modelos.

El proyecto, impulsado conjuntamente por Telefónica España y Ericsson, persigue controlar todos los dispositivos del hogar (ordenador, teléfono, luz…) desde el asiento del coche, y viceversa. Tras un año de trabajo, técnicos de ambas empresas y del CTAG dan los últimos repasos a un sistema llamado a revolucionar las telecomunicaciones en marcha.

El Connected Car permite al conductor transferir archivos, descargar contenidos de Internet y controlar desde el vehículo aquellas acciones que dependan de aplicaciones electrónicas en el hogar. De la misma forma, también permite tener acceso al ordenador del automóvil desde casa.

La conexión entre el vehículo y el hogar se lleva a cabo gracias a la tecnología IMS (IP Multimedia Subsystems), a través de una pantalla táctil, un teléfono o PDA. El dispositivo también avisa de situaciones de riesgo en la calzada e indica en todo momento la localización exacta del coche.

En caso de accidente, los servicios sanitarios podrían realizar incluso un diagnóstico en tiempo real de los pasajeros.

"Vamos a presentar el proyecto en ferias de electrónica y a los fabricantes de coches", confirma Roberto Guerrero, responsable de proyecto de la Gerencia de Innovación Tecnológica de Telefónica España.

El Connected Car es un ejemplo más de los avances tecnológicos que ha sufrido la industria del automóvil en los últimos veinte años.

Un coche moderno suele tener una media de 200 sensores a bordo, capaces de medir desde la presión de los neumáticos a la temperatura del parabrisas. Un Lexus de gama alta –la marca de lujo de Toyota–, por ejemplo, contiene una media de 67 microprocesadores, pero incluso el turismo más barato del mundo, el Tata Nano, tiene una docena.

En este sentido, el CTAG es un centro pionero en el desarrollo de nuevos sistemas para la industria del automóvil. Uno de los más representativos es el Traffic Signal Recognition, sistema capaz de detectar la señalización de las carreteras y ajustar la conducción de forma automática. El TSR combina dos tecnologías diferentes: una cámara que detecta e identifica la señal, y un mecanismo de fotografía digital con sistema de localización por GPS.

El centro vigués también trabaja en temas relacionados con el coche eléctrico, en concreto, en cómo deben ser los puntos de recarga de este tipo de vehículos.