El Gobierno francés ha optado por no incrementar el año próximo la presión fiscal y por reanudar algunos programas de estímulo contra la crisis, que seguirá dejándose sentir en la recaudación, lo que provocará un aumento del déficit y de la deuda pública.

Estas son algunas de las directrices del proyecto de presupuestos para 2010 presentado hoy en Consejo de Ministros, que prevé que el déficit público, que se ha disparado hasta el 8,2% del Producto Interior Bruto (PIB) este año, siga subiendo hasta el 8,5% el próximo.

Reducen la tasa profesional

Para cumplir el lema del presidente, Nicolas Sarkozy, de que no lo eligieron para aumentar los impuestos, se va a reducir la tasa profesional que permitirá que las empresas dejen de pagar unos 5.600 millones de euros.

La otra gran reforma fiscal del año próximo es la creación de la "tasa de carbono" que gravará los productos y servicios por las emisiones contaminantes a razón de 17 euros por tonelada de dióxido de carbono, lo que se traducirá, por ejemplo, en subidas de 4,11 céntimos de euro el litro de gasolina y 4,52 céntimos el gasóleo.

Sarkozy se ha comprometido a compensar este impuesto, que generará el primer año unos 2.000 millones de euros con un "cheque verde" que se entregará a cada contribuyente.

Cambio en el sistema de primas

También se modificará el sistema de primas y penalizaciones en la compra de coches en función de sus emisiones de CO2, en este caso para reducir el costo del actual dispositivo para las arcas del Estado.

Los programas de estímulo contra la crisis, que deben suponer unos 40.000 millones de euros este año, tendrán una dotación de 4.100 millones el próximo, sobre todo para la inversión y la exoneración de cotizaciones para las pequeñas empresas que contraten personal.