El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, admitió hoy que se observan algunas señales "todavía débiles" de normalización económica, si bien advirtió de que subsisten "demasiados riesgos" para que se pueda prever una consistente recuperación económica a corto plazo.

Así lo aseguró durante su intervención en el IX Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid, en el que horas antes, el gobernador del Banco de España había considerado que la recuperación económica mundial podría empezar a producirse en 2010, si bien advirtió de la enorme incertidumbre actual.

"Frente a los espejismos temporales de los brotes verdes", ironizó Rajoy, hay que ser conscientes de la gravedad y profundidad de la crisis económica que atraviesa España y explicar los "sacrificios" que habrá que repartir "de la forma más justa".

En esa crisis, se acometerá la reestructuración del sistema financiero, un proceso sobre el que el Gobierno "no ha querido, no ha podido" dar garantías para que esté libre de injerencia política.

Sobre dicha reestructuración, Rajoy advirtió de que "si no se hace bien", tal vez en el futuro habrá que hacer otras reformas "quizá más costosas".

En opinión de Rajoy, "arreglar las cañerías" es sólo condición necesaria y no suficiente para que fluya el agua (en alusión al crédito).

Durante su discurso, lamentó que la economía española esté corrigiendo sus desequilibrios "a un coste socialmente inaceptable" y que ahora el déficit público esté sustituyendo al déficit exterior como principal desequilibrio de la economía española.

"Cambiamos uno por otro", y se pone en peligro el ajuste de la economía, lo que a su juicio, "se puede acabar traduciendo en más recesión y paro".

La deuda pública, subrayó, se acaba pagando por ejemplo, con impuestos más altos y menor confianza.

Rajoy recordó también las siete reformas que considera "inaplazable" acometer: la del sistema educativo, la fiscal, la del mercado de trabajo, la institucional, la de las Administraciones Públicas; la de la unidad del mercado y la energética.

En esta última, insistió en que se necesita un debate "en serio" sobre el futuro energético de España y sobre las fuentes de energía, al tiempo que pidió seriedad en la aplicación de las reformas.

Una seriedad, que lamentó Rajoy, es justo lo contrario que se ha visto con la decisión del Ejecutivo de que la planta nuclear de Garoña, en Burgos, cese su actividad en julio de 2013.