La normalidad volverá hoy a la industria metalúrgica de la provincia de Pontevedra después de 26 jornadas de movilizaciones. CC OO y la CIG decidieron ayer abandonar la huelga indefinida –como había hecho UGT la semana pasada unilateralmente– para reanudar la negociación del convenio, recuperar la unidad sindical y dar un respiro a empresas y trabajadores. Las tres centrales se reunirán hoy para reconducir sus estrategias, mientras la Xunta inicia los contactos para reanudar la negociación mañana miércoles y las empresas instan a los trabajadores a ponerse manos a la obra para intentar "suavizar" las pérdidas acumuladas en los últimos dos meses.

La asamblea de trabajadores de CC OO acordó ayer abandonar la huelga, después de que ya lo hubiera hecho UGT el pasado miércoles. Posteriormente fue la CIG la que tomó la misma decisión, tras mantener otra asamblea en el astillero Barreras.

Los responsables de los tres sindicatos quieren alcanzar la unidad sindical para poder seguir tomando acuerdos consensuados y esta tarde se reunirán con ese objetivo. Por el momento ya tienen claro que al margen del convenio van a solicitar que se revise la contratación de trabajadores en el sector naval para evitar los desmanes en la eventualidad. La CIG quiere también que se fije un plus para el personal del naval, reivindicación que rechazan los otros dos sindicatos por considerar que no debe ser objeto de discusión en la negociación del convenio.

Por lo que respecta a la negociación colectiva, las diferencias entre sindicatos y patronal se centran sólo en el aumento salarial y tras la propuesta de los tres mediadores de la Xunta los sindicatos pretenden presentar por escrito una contraoferta para tratar de llegar a un acuerdo.

Los sindicatos desconvocaron la huelga para permitir una negociación más sosegada del convenio colectivo, pero la CIG no descarta que este mismo mes vuelvan a producirse jornadas de huelga con movilizaciones, y CC OO y UGT apuntan que tras restablecer la unidad sindical todos los acuerdos son posibles.

Los nacionalistas están convencidos del propósito de la patronal "de vencer la dinámica de este convenio y su modelo sindical" y añade que los empresarios "quieren un convenio en el que no decidan los trabajadores, que sea negociado por las cúpulas y vencer la resistencia que les impide aplicar flexibilidad de jornada, desregular más la contratación sin límites de eventualidad y abaratar aún más los despidos.

La parte patronal valoró positivamente la desconvocatoria de huelga y recalcó su voluntad de llegar a un acuerdo esta semana. El portavoz de las cinco asociaciones empresariales que negocian el convenio (Atra, Foncalor, Asime, Feca e Instalectra), Enrique Mallón, explicó que empresas y trabajadores "piden a gritos" una solución al conflicto. "Recordamos que en el tema de regulación de jornada y vigencia del convenio ya había acuerdo, y en el tema salarial nos comprometemos a hacer el máximo esfuerzo posible", argumentó.

Mallón confirmó que 223 empresas no han podido pagar las nóminas de junio y emplazó a los trabajadores a ponerse ya manos a la obra para que no ocurra lo mismo en julio. Respecto a las pérdidas por la huelga, cifradas en más de 1.100 millones de euros, Mallón argumentó que si los trabajos se reinician de inmediato es posible "suavizarlas". "A día de hoy hay penalizaciones que será imposible evitar, como el deterioro de la imagen comercial de Vigo y su área", lamentó.

Este representante de los empresarios apuntó que tras el naval, el subsector más afectado por la huelga fueron los concesionarios y talleres de reparación, que han asistido a una fuga de clientes a otras provincias debido a la huelga.

La CIG pagará los días de paro a 5.500 empleados

Los trabajadores del sector del metal de la provincia de Pontevedra permanecieron un total de 26 días de huelga para reclamar la firma del convenio provincial. Es la más larga de las huelgas habidas en este sector, y por este motivo, de los últimos años. El último récord estaba en los 18 días.

Los nacionalistas cuentan con una caja de resistencia para hacer frente al pago de las jornadas de huelga a sus afiliados a partir del quinto día, pero en esta ocasión la central ha decidido extender la medida al resto de los trabajadores afectados por el conflicto y que hayan participado en las manifestaciones, aunque en diferente cuantía.

Los dirigentes de la central nacionalista prevén que tendrán que hacer frente al pago de jornadas de huelga a 4.000 trabajadores afiliados y a unos 1.000/1.500 no afiliados, que hayan participado en las movilizaciones. Para ello serán consultados los respectivos delegados de empresa. En ambos casos los afectados deberán presentar las nóminas para percibir los emolumentos correspondientes.

Los afiliados cobrarán 21 euros por cada jornada de huelga a partir del quinto día y los no afiliados, 10 euros.

De todas formas hay trabajadores que tratan de negociar con sus respectivas empresas el cambio de las jornadas de huelga por vacaciones para poder cobrar el sueldo que han visto considerablemente menguado en los dos últimos meses.