La automoción gallega está decidida a mantener su liderazgo en seguridad pasiva. El laboratorio de seguridad del Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG) acaba de ser acreditado por Euro NCAP como la única instalación de la Península Ibérica que puede realizar ensayos de impactos traseros a baja velocidad que causan latigazo cervical, una lesión que cada año afecta en España a unos 20.000 conductores. De esta forma, el CTAG es el único laboratorio en España y Portugal homologado que puede estudiar los nuevos coches ante choque trasero a baja velocidad.

Este impacto tiene por consecuencia una lesión muy común conocida como latigazo cervical o Whiplash provocada por el brusco movimiento que sufre la cabeza hacia atrás.

Esta lesión representa para la Unión Europea un gasto anual superior a los 10.000 millones de euros en tratamientos, y para las aseguradoras, el 37% de las indemnizaciones pagadas por daños personales en accidentes de tráfico.

Para evitar o mitigar este efecto, se desarrollan nuevos conceptos para respaldos de asiento y reposacabezas como elementos de seguridad pasiva. Dado que la normativa vigente no afecta a la eficacia ni al buen uso de los reposacabezas, se crearon grupos de trabajo para investigar y desarrollar una metodología de ensayo que permita analizar este tipo de lesiones. El CTAG es miembro de estos grupos y participa desde hace años en la definición de un nuevo protocolo Euro NCAP.

Esta homologación permite al CTAG ofrecer a la industria del automóvil un servicio global para la mejora del comportamiento de asientos ante impactos traseros, debido a una metodología propia basada en la simulación virtual y los ensayos físicos desarrollados en su laboratorio de seguridad.

El centro cuenta con un equipo de ingenieros y técnicos cualificados y con experiencia en diseño, ensayo y optimización de asientos, empleados medios de última generación como una catapulta inversa y un dummy BIORID II (como el de la foto) específico para la realización de ensayos. El CTAG presentó el pasado mes de septiembre en Múnich su sistema de reconocimiento de señales de tráfico, denominado Traffic Signal Recognition (TSR), en el marco de una feria especializada del motor. El proyecto TSR, que fue adelantado por FARO, es capaz de detectar la señalización de las carreteras y ajustar la conducción de forma automática. Este sistema combina dos tecnologías diferentes: una cámara que detecta e identifica la señal, y un mecanismo de cartografía digital con sistema de localización por GPS.

Por otra parte, los técnicos del CTAG también están inmersos en el proyecto "coche verde", en el que colaboran con el Centro para a Excelência e Inovação da Industria do Automóvel (CEIIA), de Portugal. El coche verde busca reducir las emisiones contaminantes, la dependencia del petróleo e introducir materiales ecoeficientes en los sistemas de producción. En este caso se trabaja sobre sistemas de propulsión alternativos (etanol, híbridos), nuevos materiales (biodegradables) y aerodinámicas que aminoren el consumo.