El último boletín del organismo supervisor señala que la economía cayó el 1,8 por ciento en el primer trimestre y un 2,9 por ciento en el último año, registros no vistos al menos desde 1970, año al que se remonta la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística.

En todo este periodo sólo se han registrado caídas parecidas, aunque menores, durante la crisis de 1993, año en cuyo primer trimestre hubo una contracción del PIB intertrimestral -del 1,2 por ciento e interanual del 2,5.

El Banco de España advierte de que el deterioro de la economía se ha intensificado en un entorno internacional "severamente recesivo" con problemas financieros aún elevados, a lo que también suma en esta ocasión la caída del comercio mundial.

También subraya que datos positivos como la caída de la inflación o de los tipos de interés tardarán varios trimestres en trasladarse al consumo y a la renta disponible de los hogares españoles, que siguen gastando menos ante la elevada incertidumbre y ante el empeoramiento del empleo, que cayó el 6 por ciento en el último año.

El organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez apunta además que los riesgos de deflación en España son "remotos", y esa posibilidad es la misma "para el conjunto de la zona del euro".

La contracción de la economía procede sobre todo de la caída de la demanda interna -consumo e inversión-, que descendió en un año el 4,9 por ciento, dos puntos más que en el trimestre anterior.

Mientras, la aportación del sector exterior, aunque ha seguido siendo positiva -2,2 puntos-, se ha reducido, debido a la fuerte contracción que está experimentando el comercio internacional, que ha hecho empeorar las exportaciones.

El deterioro del empleo es, para el Banco de España, la principal causa de que se siga bajando, un 3,3 por ciento, el consumo de los hogares, que también retrasan sus decisiones de gasto ante la elevada incertidumbre sobre el futuro de la economía.

El único dato positivo que surge del retraimiento en el consumo es que la tasa de ahorro de los hogares se está recuperando con mucha rapidez, y estaba ya en el 13 por ciento de la renta disponible a finales del año pasado.

El otro componente de la demanda interna que sigue empeorando es la inversión sobre todo la destinada a bienes de equipo a causa de la falta de confianza de la industria, el endurecimiento del crédito y la menor cartera de pedidos.

Este último sector sigue sufriendo un fuerte ajuste que incluso se había "agudizado" entre enero y marzo, como lo muestran la reducción de las viviendas iniciadas y la caída de la compraventa, ya que sigue habiendo dificultades de financiación y las peores perspectivas de aumento de renta de las familias reducen la demanda de inmuebles.

El Banco de España advierte de que sigue cayendo la actividad en la industria y en la construcción, pero además señala que también se están viendo afectados los servicios, sobre todo los de mercado, mientras que el turismo sigue deteriorándose con respecto a 2008.

Por otro lado, el organismo supervisor, que ya en su boletín anterior advirtió de que el déficit público puede alcanzar el 8 por ciento del PIB, señaló hoy que cabe prever un deterioro adicional de las finanzas públicas para 2010.

Por eso, avisó de que el empeoramiento del déficit y, en consecuencia, de la deuda pública, y la obligación que tiene España de reconducir sus cuentas de aquí a 2010, dan al Gobierno un "escaso margen de maniobra" para seguir utilizando la política presupuestaria como impulso económico

Al conocer las estimaciones del Banco de España, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió que aún "estamos lejos de una situación favorable", si bien consideró "probable" que lo peor de la crisis económica haya pasado ya.

Por su parte, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, señaló que los cálculos del organismo confirman "todas las previsiones" sobre un "fuerte ajuste" en la economía, y recordó que el comisario europeo Joaquín Almunia vaticinó que a final de año comenzarán los síntomas de recuperación.

Mientras, el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, señaló que lo que tiene que hacer el Gobierno, además de revisar las previsiones, es rectificar su política económica.