General Motors (GM) anunció ayer un nuevo plan de viabilidad que prevé la desaparición de cuatro de sus marcas, 21.000 despidos y el cierre de 13 plantas en Estados Unidos, en una carrera contrarreloj para evitar la suspensión de pagos. El nuevo plan prevé también un canje de 27.000 millones de dólares de deuda no asegurada por acciones. La empresa advirtió de que si sus acreedores no aceptan las condiciones y cambian al menos 10.000 millones de dólares de esa deuda antes del 1 de junio, se declarará en quiebra.

“En el caso de que GM no reciba antes del 1 de junio de 2009 suficientes ofertas para consumar el intercambio, GM espera acogerse al Código de Quiebra de EE UU”, insistió la automovilística. “Si GM se declara en quiebra, los tenedores de notas pueden recibir una cantidad que es menor de lo que se les está ofreciendo en la oferta de intercambio y es posible que los tenedores no reciban cantidad alguna por sus notas”, agregó la empresa en un comunicado.

El presidente de General Motors, Fritz Henderson, reafirmó posteriormente en una rueda de prensa en Detroit (EE UU) que la empresa sigue prefiriendo reestructurarse sin tener que recurrir a la suspensión de pagos. Henderson confirmó que la oferta a los acreedores es de 225 acciones por cada 1.000 dólares de deuda. “El objetivo del intercambio de bonos es básicamente reducir los 27.000 millones de dólares de deuda en aproximadamente 24.000 millones de dólares”, afirmó Henderson.

El presidente estadounidense, Barack Obama, dio la bienvenida a esta decisión. “La presentación del intercambio de bonos es un importante paso en el esfuerzo de la dirección de General Motors para reestructurar su compañía”, expuso. El Gobierno otorgó hasta el momento 15.400 millones de dólares en préstamos a GM, pero se calcula que la empresa recibirá otros 11.600 millones antes del 1 de junio. Además, GM quiere que el 50% de las contribuciones que la empresa tiene que hacer al fondo que pagará las prestaciones sanitarias de los jubilados de la empresa se efectúen en acciones de la nueva compañía que surja de esta crisis.

Henderson reconoció también que la presencia de GM en Europa resultará afectada por la venta de la alemana Opel. La automovilística negocia su venta con distintos grupos inversores aunque Henderson se negó a identificarlos. Según éste, aunque GM no va a abandonar Europa, en el futuro “tendrá una estructura diferente”, seguramente basada en la marca Chevrolet, que es una de las de mayor crecimiento en Europa central y oriental.